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Relaciones para toda la vida

Peleas entre hermanos

Peleas entre hermanos

Las peleas entre hermanos no se terminan cuando uno de ellos deja de llevarse a la boca los juguetes del otro, sino que continúan y;generalmente no se resuelven hasta la adolescencia. Consejos para tener en cuenta.

Peleas entre hermanos

Generalmente las peleas son causadas por una rivalidad innata al querer establecer un dominio sobre el otro; y también de la necesidad de querer llamar la atención de los padres y disputar el cariño de ellos.

Los niños son muy egocéntricos y quieren ser el centro de interés de las personas y tener posesión de todo. Por eso, cuando tienen un hermano disputan mucho los espacios y los objetos personales.

Los motivos principales por los cuales se disputan las peleas son principalmente por los celos, por el uso de los juguetes, la habitación, la comida, los regalos, la ropa, la televisión, las actividades que puede hacer uno y otro no debido a la diferencia de edad. Casi siempre, existe mayor rivalidad entre hermanos cuando la diferencia de edad es de pocos años.

Las razones son infinitas. Por eso vale insistir en el hecho de que las peleas entre hermanos son esperables y que, como regla general, los padres deben ser neutrales y abstenerse de opinar, regañar y participar, salvo que la situación se vuelva insostenible.

Como consejo a la hora de las consecuencias, siempre conviene que ambos reciban una reprimenda, puesto que es muy difícil saber “quién ha empezado” o “quién tiene la culpa”. Mostrar “un frente común” entre ambos padres también es importante para que los niños tengan un límite claro que les de seguridad.

Otros consejos para lograr la armonía en el hogar:

  • Las reglas de disciplina deben ser para ambos hermanos y equitativas para todos los miembros de la familia.
  • Es necesario dedicar tiempo exclusivo por separado a cada uno de los hijos, con el fin de que cada padre comparta actividades diferentes con los niños.
  • Estimular la interacción positiva, enseñando sentimientos de afecto y cariño, permite que los niños aprendan a quererse.
  • Elogie los comportamientos adecuados cuando los niños pueden compartir sin pelear.
  • No echarle siempre la culpa de los enfrentamientos al más grande o al más fuerte.
  • Si las peleas se vuelven recurrentes e intensas y la situación se sale de control, es aconsejable buscar ayuda profesional.
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