¿Qué significa ser padre me preguntaron? ¿Por dónde empiezo? Concédanme que lo que comparto es fruto del corazón no solo de la razón.
Cuando mis hijos que llaman Papá tengo dos sensaciones: la primera, de alegría, por tener una familia sana, no solo en sus físicos, sino que los veo sanos en su espíritu. La segunda, algo mas difícil, cuando me pregunto: “¿Soy yo medianamente digno de tamaño nombre? ¿Estoy a esa altura? ¿Pongo de mí todo lo que tengo para no defraudarlos?"
Creo como cristiano que de algún modo la imagen que se harán de Dios Padre estará inspirada en la que vieron de su Padre de la tierra. Dicho así puede parecer un peso imposible de soportar, pero por algo Cristo dice: ¨Lo que es imposible para el hombre es posible para Dios¨. Como padre falible y limitado que soy, trato de hacer lo mejor que honestamente puedo y el resto lo dejo en manos de Jesús: fortaleza y roca de los débiles, ó sea de todos. Y en esta confianza, librados del temor y del peso excesivo del miedo, voy caminando con ellos con la alegría de saber que no están solos, tienen un Padre humano a quien recurrir, aunque a veces se ríen de sus torpezas con razón; saben que quiero serles fiel, transmitirles, respetando su independencia, donde yo he encontrado la alegría de la vida, para que en la tierra ¨puedan dar razón de la esperanza a la que han sido llamados¨ y transmitirla a todos aquellos con quienes se encontraran en sus vidas.
Celebro también que cada uno a su manera ya ha descubierto el rostro del Dios amigo, hermano, sanador, perdonador; que nos pide ser levadura de la masa en este mundo necesitado de conocer una felicidad auténtica, que dura para siempre.
Si me permiten pedir algo, padres en este tiempo tan convulsionado, donde vemos que muchos matrimonios se rompen, dobleguemos nuestro esfuerzo para permanecer unidos, tratemos de resistir a lo más fácil que es abandonar.
Como tenista no quiero abandonar un partido jamás porque me divierte ganar, cuanto más un matrimonio. Intentémoslo también, para no resentir la salud de los hijos, quizás busquemos afuera lo que podemos trabajar adentro.
La oración no es un método de moda, pero si pueden empezar a practicarla, les firmo que es la fuerza que mueve el mundo, así nomás, se lo puede experimentar, muchos lo han hecho, todo es empezar, hay muchos que pueden enseñarnos. Así, lo que no es posible para el hombre, la fuerza de Dios puede lograr lo inimaginable.
Luis Merlo