Entrevista a Maru Botana

La multifacética Maru Botana nos da algunas claves acerca de cómo compatibilizar maternidad, trabajo y vida familiar.

Maru Botana, casada con Bernardo y mamá de Agustín (8), Lucía (5), Matías (3) Sofía (2) Santiago (1), Juan Ignacio de menos de un año, y Facundo, el bebé que falleció de muerte súbita a los pocos meses de nacer, no necesita de demasiadas presentaciones. 

 

Con una exitosa trayectoria en televisión, es también reconocida en el mundo gastronómico a través de sus emprendimientos, y lo que la define es justamente esa capacidad multifacética.

 

 

Esa capacidad de compatibilizar sus múltiples roles es lo que queda claro a través de esta charla entre materna y Maru.

 

 

  • ¿Siempre quisiste ser mamá?

 

La verdad es que si, siempre quise ser mamá. Uno tiene sus convicciones toda la vida. De chica era un sueño a largo plazo. Además, siempre me relacioné con chicos. Fui niñera y quería ser maestra jardinera.

 

 

Me casé con Bernardo y siempre pensamos en formar una familia grande, pero  nunca planeamos cuántos chicos íbamos a tener. Berni viene de una familia del campo, también son muchos, son 4 hermanos. A veces me preguntan si es por religión, pero no. Se fue dando naturalmente. Yo hubiera seguido teniendo hijos tranquilamente, pero con Berni creemos que  siete es un buen número, porque puedo darles tiempo a cada uno. 

 

 

 

  • ¿Cómo fue tu aprendizaje como mamá?

 

Uno no nace sabiendo ser mamá,  uno va aprendiendo. Agus que es el mayor, tuvo que soportar todos mis aprendizajes. Y hay veces que te llaman del colegio por temas que vos no tenés idea y te alarmás, pero bueno hay que darles el tiempo que necesitan. A Agus, lo tuve que llevar a una psicopedagoga porque se comía algunas letras. Encontramos una profesional divina, que lo súper ayudó y lo sacó adelante. Y vos ves cómo él también se esforzó.


Agus, fue hijo único durante dos años y medio y después empezó a tener a todos sus hermanos. Y también hay que aprender a llevarlo, porque hay que aguantar ser el mayor. Con lo de Facu, sufrió muchísimo y fuimos de vuelta a la psicopedagoga y nuevamente lo ayudó un montón.  El se lo guardó muchísimo. Facu era muy especial, interactuaba mucho con sus hermanos y eso hizo que lo extrañen un montón. 

 

 

  • ¿Qué es ser mamá para vos?


Ser mamá es algo que no es para todo el mundo. Es una misión. Es estar en los momentos lindos y  los momentos tristes. A mí me gusta poder transmitirlo a través de mis programas. Me gusta reflejar que hay que ser mamá con ganas, con amor, con principios, con onda, y con cariño.

 

Yo a veces escucho a madres que etiquetan a sus chicos, “de los 4, uno es bravo… y bueno”. Pobre chico… esa visión no está buena, porque lo encasillás y no le das la oportunidad para que cambie o mejore. Me asustó escuchar a un chico que me decía “como mis padres están separados, yo también me voy a separar”… Como que no pueden cambiar la historia. Como padres es importante estar alertas y saber escuchar, ver y estar atentos. Los chicos son maleables. Se los re puede ayudar para que cambien y mejoren. 

 

 

  • ¿Cómo organizas todas tus actividades?

 

Soy muy organizada y sigo mucho lo que me dice mi corazón.  Hace poco me eligieron una de las 50 mujeres líderes  de la revista Apertura. Estoy orgullosa de que me hayan elegido, pero tuve que decirles a las organizadoras que en este momento no puedo dedicarles el tiempo que ellas necesitan. No puedo ir dos veces por mes  a distintos eventos y llegar muerta de cansancio a casa, en el momento que la casa es un caos, a la hora del baño, con la comida, o cuando se tienen que ira dormir. Dejar los chicos, me hace sentir mal. No es el momento. Por suerte me entendieron.  A mí me gusta estar en casa a partir de las 5 de la tarde. 

 

 

  • ¿Tenés tu espacio personal?

 

Me encanta el deporte. Me levanto temprano, visto los chicos para llevarlos al colegio, y después salgo a entrenar una hora. Es lo mejor del día. Es cuando cargo las pilas. Es un momento sólo para mí, en donde reflexiono, tengo ideas. ¡Me encanta!

 

 

  • ¿Y cómo te organizás con los chicos en tu casa?

 

Los mando al colegio a partir de salita de dos. A mí me gusta que interactúen con otros chicos. Y para los que están en casa -hasta pre escolar están toda la tarde en casa- , contraté a una maestra jardinera que se dedica a cuidarlos personalmente. 

 

 

  • ¿Cómo elegís un colegio para los chicos? ¿Cuál es la prioridad para vos?

 

La elección de los colegios viviendo en zona norte es todo un tema. Agus, me pidió el año pasado cambiarlo a otro colegio, más grande, con más deporte, con chicos de todos lados.  Rindió examen pero no había suficientes vacantes. Y para mí está bueno que vaya a un colegio que tenga amigos que vivan fuera de barrios cerrados. Me gusta que tenga que ir a las casa de sus amigos que vivan en el centro. El menor ya entró al colegio y estoy muy contenta por lo que le enseñan. Los valores. Hay que bajar línea para que crezcan en valores.


Hoy en día los chicos hablan de plata, y yo les digo que son muy chicos para que tengan tanta noción del tema. Pero por otra parte, quiero que sepan, que las comodidades que tienen son producto del esfuerzo. Que las cosas no vienen solas.


A las chicas también estoy por cambiarlas de colegio. Fui a una entrevista el otro día. Llegué tarde a la reunión y me retaron como nunca me habían retado, ni siquiera mi mamá. Pero está bueno que mis hijas aprendan a respetar los límites. Eso creo que les va a hacer bien.

 

 

  • ¿Tenés alguna mujer que haya sido tu referente, que te haya aconsejado como mamá?

 

Sí, mi  mamá. Sin duda, pero no tanto dándome consejos, sino con el ejemplo. Igual somos de distintas generaciones y se nota en algunas cosas. Por ejemplo, con lo que nos pasó con Facu, ella me dice que ya está y para mí no está. Yo quiero vivirlo tranquila. Ella es más de taparlo. Para Berni y para mí no. El duelo es larguísimo. Los chicos lo extrañan. 


 El día que Facu hubiera cumplido dos años, el 5 de marzo, yo estaba a punto de tener a mi bebé, hicimos una misa con el padre Diego Diaz Pumará. Y fue muy sanadora. Los chicos lloraron como locos. Mamá estaba tensa. Pero para Berni y para mí estuvo muy bueno. Y está bien que los chicos vean que todavía no está, porque sino ellos se plantean si ya me olvidé de su hermano.
 

 

 

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