Bebé

Colecho:

Práctica del dormir con los hijos en la misma cama

Práctica del dormir con los hijos en la misma cama

Existen opiniones encontradas en relación a este tema, por un lado están aquellos que aconsejan a los padres dormir con sus bebés en la cama por considerarlo una fuente de estimulación para la lactancia materna, y un factor de reducción del riesgo de muerte súbita en los primeros seis meses de vida del bebé.

Práctica del dormir con los hijos en la misma cama

Controversias

Por otro lado, están los que sancionan esta práctica por entenderla como un riesgo potencial para la integridad física del bebé, como así también un perjuicio para el desarrollo de su futura autonomía.

Actualmente en las maternidades encontramos que las cunitas de los recién nacidos están ubicadas al lado de la cama de la mamá, y que ambos comparten la habitación en forma permanente. Por su parte, los médicos insisten en la necesidad de amamantar con la luz encendida con una doble finalidad: mantener despierto al recién nacido y que se alimente adecuadamente, y a la mamá para que, sobre todo durante las noches, sostenga con seguridad al bebé evitando así caídas accidentales que tan peligrosas podrían resultar.

De esta manera se ve favorecido el contacto entre la mamá y el bebé, la creación de un vínculo temprano y saludable, y el reconocimiento de los diferentes llantos del recién nacido. Por otra parte se ve estimulada la lactancia materna, dado que el recién nacido, además de sentir hambre, puede oler a su mamá y en consecuencia, requerirla con mayor frecuencia. En relación a la mamá, ella cuenta con la posibilidad de tenerlo cerca para escucharlo y responder a la demanda toda vez que sea necesario, en forma inmediata y sin necesidad de levantarse de la cama.

Cabe mencionar que el vínculo es una construcción y como tal implica miradas, contacto físico, palabras suaves, olores, por ello es fundamental acariciar al bebé, abrazarlo, mimarlo, alzarlo a upa, hablarle, sonreirle y responder a sus expresiones todo lo cual favorece su desarrollo emocional.

En conclusión, es posible observar en el ejemplo médico de las maternidades, el modelo que se presenta como el más seguro y favorecedor del desarrollo integral del niño/a: la cuna al lado de la cama de la mamá. De lo contrario, cabría preguntarse por qué las maternidades, en lugar de utilizar una cuna y una cama, no le colocan barrotes a esta última e invitan a cada mamá a compartir su cama con el bebé. Al respecto el pediatra Alejandro Jenik, especialista del Hospital Italiano dice “Hay que tener la cuna al lado de la cama y acostumbrar al bebé a dormir en ella. Cuando llora, alzarlo, alimentarlo, y devolverlo a la cuna”. La Sociedad Argentina de Pediatría por su parte afirma “La práctica más segura, que comparte casi todas las ventajas del colecho sin incluir sus riesgos, es que el bebé duerma en una cuna ubicada junto a la cama de sus padres hasta los seis meses de edad, período etario de mayor riesgo para el SMSL.”

Colecho e Intimidad de los adultos

Es cierto que no hay imagen más dulce que la de una mamá despertando al lado de su niño/a, sintiendo su abrazo, su olor…. Por esto, algunos papás deciden compartir el momento de la siesta con sus hijos/as o bien los dejan durmiendo con ellos cuando están enfermos. En todo esto no hay nada preocupante, la pregunta surge cuando esta práctica se convierte en un hábito. Es entonces que desde el psicoanálisis se dirige la mirada hacia los padres y se plantea esta situación como un modo de quitarle intimidad a la pareja y dejar a la mujer en el rol de madre sin pausa. La Lic. Stella Maris Gulian frente al colecho plantea la necesidad de preguntarse “qué pasa con una pareja que ha perdido interés por sus espacios de intimidad, y qué pasa con una mamá que, atrapada por su maternidad, deja de lado su femineidad. El colecho habla de una mamá que no tolera un espacio vacío y lo llena con el cachorro.” Al respecto explica que “es clave tener en cuenta que ese reemplazo es dañino para la criatura, sobre todo en el caso de los varones, porque ese contacto limitará en el futuro el acceso a otra mujer”.

 Consecuencia

- Su hijo/a no se sentirá más querido, sino que el compartir la cama hará que todos duerman incómodos sin que la mamá, fundamentalmente durante los primeros meses, logre descansar en los momentos que tenga para hacerlo.

-No lo estarán ayudando a organizar sus tiempos y sus espacios.

-Podrá tener dificultades para confiar en sí mismo, pudiendo ser luego un niño/a inseguro y dependiente, tal como afirma la Pediatra Helen Lowe.

-Asimismo se verá dificultada la construcción de su individualidad.

Contraindicaciones

Bajo ningún concepto deben compartir la cama con sus hijos padres que fumen, estén muy cansados, abusen del alcohol o de las drogas, sufran depresión o sean obesos. Tampoco deben dormir con hermanos dado que según la Sociedad Argentina de Pediatría “el riesgo de muerte súbita por sofocamiento o aplastamiento se quintuplica”.

Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL)

Existen en la actualidad muchos estudios que intentan descubrir las causas sin lograr una respuesta exacta y unificada al respecto. Sin embargo, la Sociedad Argentina de Pediatría expone una serie de factores de posible reducción a considerar:

- La lactancia materna[1]

 

- La cohabitación con los padres

 

- La posición boca arriba. (El Dr Jenik afirma que sólo cuando el bebé comienza a darse vuelta solo, puede dormir boca abajo porque está indicando que se encuentra lo suficientemente madura para hacerlo)

 

Dormir solo. Se puede!

Cuando el niño/a nace se ve expuesto a un sinfín de estímulos de los que durante nueve meses se encontró protegido por la panza de su mamá. Es así que ruidos, luces, sonidos, frío, calor, voces, olores, incluso el alimento que ya no está a su disposición y ahora en cambio debe pedirlo, desorganizan su normal funcionamiento y alteran todos sus ciclos, generándole inseguridad. Será por este motivo que reclamarán la presencia de sus padres en busca de organización y protección.

Dormir solo es un proceso de aprendizaje como cualquier otro, por esto, frente a los niños/ as que insisten en dormir con sus papás, es importante que estos tengan paciencia y los traten con cariño, no se trata de un intento de “manejarlos” ni siquiera en los casos de niños/as más grandes. Es importante considerar lo que plantea el Dr. Brazelton[2], “no es mucho lo que un niño puede aprender cuando lo dejan llorando solo en una habitación oscura.”

 

Será fundamental para este proceso de aprendizaje generar hábitos, y cuanto más temprano se comience, más fácil resultará. Para ello es importante establecer rutinas que le brinden al niño/a seguridad estableciendo horarios similares para cada día: bañarlo con agua templada (acorde al clima), aprovechar el momento del cambiado para hacerle mimos, dormirlo en su cunita, (un trapito o una prenda de la mamá con su olor lo ayudará a sentirse seguro y estimulará la lactancia), cantarle una canción, y fomentar un ambiente cálido con luz tenue y silencioso a fin de que el bebé pueda ir diferenciando entre la noche y el día. Aunque resulte difícil, logrará finalmente dormir solo y toda la noche.

Alrededor de los dos años…

Hay niños/as que insisten en dormir en la cama con sus padres cuando ya han dejado de ser bebés y esto puede deberse a dos motivos:

1)   Que los mismos padres que hoy le “exigen” dormir solo en su cama le hayan “permitido” dormir con ellos anteriormente. En tal caso, habrá que empezar de cero, hablando con el niño/a, explicándole que ya está grande y ayudándolo a organizar sus tiempos y sus espacios con rutinas cotidianas. Además de las características ya dadas, en un niño/a de dos años las rutinas pueden incluir hacer dormir a un muñeco, canciones o cuentos elegidos y contados juntos. En un principio será necesario acompañarlo a su cama tantas veces como intente pasarse.

2)   Otra situación que puede darse, está relacionada con la aparición de miedos a la oscuridad o monstruos imaginarios y pesadillas, que puede ocurrirle a algunos niños/as a esa edad. En tal caso, será fundamental ayudarlo a enfrentar sus miedos brindándole contención, seguridad, y con paciencia y cariño, acompañarlo, explicarle que fue un sueño y permanecer al lado de su cama si es necesario hasta que logre volver a dormirse. En ningún caso es aconsejable llevarlo a la cama de los padres dado que de este modo se le estaría enseñando a huir de los problemas en lugar de intentar resolverlos.

PODRÁ RESULTAR MÁS O MENOS DIFÍCIL PERO LO IMPORTANTE ES SABER QUE, CON PACIENCIA Y AMOR ¡SU HIJO Y USTED LO LOGRARÁN!

Lic. Soledad Fuster 

50221 (MN)

Si querés contactarte con la Licenciada o sus colegas Lic. Roxana Muotri MN 41336 y Lic. Valeria Lachowicz 42024 , podrás escribirle a atencion_psicologica@tulugar-psi.com.ar

[1] Mc Vea KL, Turner PD, Peppler DK. The role of breastfeeding in sudden infant death syndrome. J Hum  Lact 16(1): 13-20.
[2] T. Berry Brazelton, MD; Joshua D. Sparrow, MD, “El Sueño. El Método Brazelton”. Verticales de Bolsillo. 2009.

 

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