Bebé
9 a 12 meses

El Dilema del chupete

El Dilema del chupete

Una de las preguntas más frecuentes que reciben neonatólogos y pediatras está referida al uso del chupete. Cómo mantener la higiene del chupete y cuándo debe dejar de usarlo el bebé.

El Dilema del chupete

Una de las preguntas más frecuentes de las embarazadas y de las madres primerizas es si es bueno o no el uso del chupete, tanto en los recién nacidos como en los bebés que van creciendo. No hay posturas terminantes al respecto, sino que como sucede con los horarios de alimentación, por ejemplo, la cuestión pasa por la relación que genera el bebé con uno de los primeros elementos que utiliza, externos a la teta de su mamá. El primer paso para un buen uso del chupete es que no le sea ofrecido hasta tanto el bebé no haya tomado el pecho y sepa prenderse bien al pezón, ya que si se le da primero el chupete que la teta puede generarle confusión entre ambos.

Uno de los primeros cuestionamientos es cuando el bebé recién nacido no puede dormirse si no tiene el chupete en la boca. Pero los papás no deben preocuparse por esto: aunque parezca que el bebé tiene una dependencia del chupete, no lo necesitará de forma permanente.

Por ello es importante incorporar el chupete como un elemento más en la rutina del bebé. Es una forma de comenzar a educar al niño. Por ejemplo, si se va a dormir y no hay luz, el bebé comenzará a comprender la diferencia entre la noche y el día. Igual sucede si sólo se le da el chupete para comenzar el sueño. También es fundamental que para continuar con su educación se le dé el chupete nada más cuando lo necesita. Así comenzará a comprender que no debe tener todo el día en su boca algún elemento para succionar.

Muchos papás, cuando no pueden comprender por qué el bebé llora, suelen usar el chupete como consuelo. Este es un error. Hay que tratar de no dárselo, excepto para ir a dormir, a menos que el niño haya pasado por alguna situación traumática o por una experiencia nueva y desagradable. Entonces, de esta manera, se evita generarle al bebé una “adicción” al chupete. Lo mismo sucede cuando tiene una rabieta. El chupete no es una solución y puede transformarse, con el tiempo, en un problema.

Igualmente, hay que tener en cuenta que porque lo necesite para dormir en este período, no significa que vaya a necesitarlo siempre. Cuando ya no lo necesite más, el bebé va a dejarlo. Por eso lo mejor es que dependa de él lo menos posible. El chupete no es un elemento “curalotodo” y son los papás los que deben evitar la tentación de usarlo de ese modo.

Algunas cosas a tener en cuenta

  • Hay que esterilizar siempre el chupete antes de ponerlo en la boca del bebé y cada vez que se caiga al suelo, al igual que se hace con la tetina de la mamadera (en caso de usarla).
  • Es antihigiénico lamer el chupete para limpiarlo y luego volver a dárselo al bebé.
  • Si el bebé continúa usando el chupete después del año, lo ideal es reservarlo para situaciones concretas, como la hora de irse a dormir o para momentos de mucha tensión. Un niño de esa edad no debería necesitar el chupete casi nunca y con el tiempo su necesidad disminuirá cada vez más.
  • No darle el chupete si no lo pide con insistencia. Los niños que se ven andando con el chupete por la calle, suelen ser chicos a los que se les dio el chupete con otros criterios.
  • Si llora cuando no tiene el chupete, intentar darle algo que lo distraiga. Al año y medio, aproximadamente, los niños ya no deberían utilizarlo para nada. Pero no es bueno prohibir y luego darlo cuando el bebé tiene una rabieta. Seguir este criterio con coherencia es una manera de evitar los mensajes contradictorios y que el bebé comprenda lo que significa el “no”.

La confusión del pezón

Decir que la confusión entre el chupete y el pezón no existe es un mito. Por eso es que los neonatólogos recomiendan que antes de dar el chupete, primero el bebé aprenda a tomar de la teta. El chupete y el pezón requieren distinta fuerza en la succión -lo mismo sucede con la mamadera- y si aún no aprendió a tomar de su mamá, algunos bebés desarrollan la confusión de succión y usan técnicas no adecuadas para mamar al pecho.

Como explican en la Liga de la Leche los chupetes son pezones artificiales y pueden interferir en la lactancia. Ese es uno de los problemas básicos de ofrecer el chupete a un bebé lactante, especialmente si todavía no domina la técnica de mamar.

Succionar un pezón artificial es diferente a succionar el pecho. ¿Por qué? Porque el pezón artificial ya está formado y es bastante rígido. En cambio, el pecho de la mamá es blando y flexible. Para prenderse al pezón, el bebé debe abrir mucho la boca. Los músculos de la boca, la cara y la lengua se mueven de forma diferente cuando succionan un pezón natural y uno artificial. El movimiento que sirve para beber de una mamadera o calmarse con un chupete no lograría sacar leche de un pecho.

Por eso, hay que prestar mucha atención. En los primeros días, pasar constantemente del pecho a un pezón artificial y viceversa es demasiado pedir a un bebé que aún está aprendiendo a mamar. “Cuando volvimos a casa, después de tres días en el sanatorio, mi beba lloraba y no se prendía a la teta. Descubrí que le habían dado mamadera y chupete en la nursery”, recuerda Ximena Roccetti, mamá de Lourdes. Los bebés que intentan succionar el pecho del mismo modo que succionan una tetina o un chupete se frustran rápidamente y lloran, se ponen nerviosos o rechazan el pecho. No sacan mucha leche y les cuesta aprender a mamar de forma eficaz. “Como yo quería alimentarla con pecho, redoblé el esfuerzo de que se prendiera al pecho. Hoy, a los once meses, no usa chupete y sigue tomando leche materna. El esfuerzo valió la pena”, concluye la orgullosa mamá.

Nota supervisada por el Equipo Médico de Mamashelp

El chupete no es tan perjudicial como algunas personas creen. Aunque a veces se genera un mito alrededor de él, no deforma los dientes del bebé ni le causará ningún impedimento del habla. Excepto si el niño lo utiliza todo el tiempo. Según investigaciones recientes, podría ser más perjudicial que se chupen el dedo continuamente, no que utilicen el chupete de manera esporádica. Algunos niños comienzan a usar el chupete cuando dejan de ser amamantados. Eso es en gran parte porque las mamás los prendían a la teta cada vez que los  bebés lloraban. “Mis dos hijas agarraron el chupete después del año, aunque sólo para dormir”, comenta Karina Dorrego, mamá de Lucila y Agustina.

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