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Desarrollo del niño

¿Tan chiquito al jardín?

¿Tan chiquito al jardín?

Los jardines maternales y las guarderías se presentan como una interesante opción para aquellos que no quieran o puedan tener a alguien cuidándo al bebé en casa. A la hora de elegir este centro, vale la pena repasar una serie de criterios de selección.

¿Tan chiquito al jardín?

Quizás este sea "EL" dilema de las madres que trabajan: ¿con quién dejar al bebé: un familiar, una niñera o una guardería? En muchos casos la primera ni siquiera es una opción: no siempre hay en la familia una abuela o tía con ganas, tiempo y capacidad para hacerse cargo todos los días. Las alternativas restantes implican encomendar al bebé a una tercera persona especialmente capacitada para cuidarlo. En el primer caso, queda en casa, su ambiente natural, con atención personalizada. Pero muchos padres no están cómodos con este sistema. Alina –que trabaja medio día– cuenta que este año su hija mayor empezó a ir a sala de 4 con doble escolaridad y esto impactó en la más chiquita, de 17 meses: “Desde que yo volví a trabajar, cuando la beba tenía cuatro meses, la cuida una chica, que es muy buena y responsable y en quien confiamos plenamente. Pero ahora la hermana pasó a doble escolaridad y la beba la extraña mucho y se aburre. Entonces se nos ocurrió mandarla unas horas a una guardería y por suerte nos gustó mucho la del colegio de la mayor. Como está acostumbrada a jugar con su hermana, no le costó demasiado integrarse con los compañeritos”. El principal beneficio de la guardería frente a la niñera es que se trata de un ambiente especialmente preparado, con personas entrenadas en el cuidado y la educación de los pequeños, de tal manera que conocen el desarrollo de un bebé y pueden alimentar sus crecientes habilidades en consecuencia. Estos lugares ofrecen un mix de actividades y la oportunidad de sociabilizar con otros chicos de la edad. En cuanto a las desventajas, la atención nunca es totalmente personalizada y crece el riesgo de contagiarse resfríos u otras enfermedades al aumentar la cantidad de gérmenes en circulación. Elegir una guardería o jardín maternal, por tanto, no es tarea fácil. Se recomienda comenzar seis meses antes de la fecha prevista de ingreso.

La National Association for the Education of Young Children (EEUU) recomienda tener en cuenta los siguientes criterios:

  1. Cantidad de menores por adulto y de bebés por grupo: para los bebés de entre 12 y 24 meses, la relación es de 1 a 3 para grupos de 6; 1 a 4 para 8; 1 a 5 para 10 y 1 a 4 para 12. De todas maneras, es preferible que los grupos no excedan los 8 niños.
  2. Reglas claras: es importante que el centro sea flexible –para adaptarse a las necesidades de cada familia– pero con reglas claramente establecidas. Preste especial atención a la política de enfermedades. Averigüe qué enfermedades impiden la asistencia de los chicos y por cuánto tiempo. Los mejores centros promueven los chequeos periódicos tanto para los niños como para su staff.
  3. Una combinación de actividades atractivo: actividad física, tiempo de descanso, programas grupales e individuales, merienda y tiempo libre son componentes imprescindibles. La exposición a la televisión o los videos deben ocupar la menor porción de tiempo posible y, si efectivamente ocurre, controlar que sean apropiados para la edad.
  4. Personal calificado y dedicado: además de entrenamiento específico para niños pequeños, deben tener conocimientos de primeros auxilios y manejo de emergencias. En la entrevista de admisión, en un buen centro querrán saber todos los detalles relacionados con la salud y el cuidado de su hijo.
  5. Condiciones de higiene: asegurarse, por ejemplo, de que el personal se lave las manos antes y después de cambiar pañales. El centro debe contar con la cantidad de baños necesarios para todos los niños. Los juguetes deben lavarse adecuadamente tres veces por día. Deben desarrollar hábitos higiénicos, como la costumbre de lavar las manos de todos los chicos antes de comer.

El jardín maternal puede ser una buena solución al dilema de las madres que trabajan o al caso de los chicos que se aburren cuando los mayores van al colegio. Estos indicadores son muy útiles, pero la impresión de la mamá y el conocimiento que tiene de su hijo lo es también. Puede ocurrir que un centro de impecable infraestructura, que cuente con los últimos juguetes y materiales pedagógicos, no pueda ofrecer la atención y el trato que su hijo necesita. La búsqueda puede alargarse, pero vale la pena dedicarle tiempo y atención a la elección de ese lugar tan especial.

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