¡Al Jardín!

A medida que las mujeres aumentan su participación en el mercado laboral, crecen las opciones para el cuidado de los chicos en horario de trabajo. ¿Cuáles son las alternativas?

 

Hoy, en la Argentina, las mujeres representan el 40% del mercado laboral y el 55% de la población de la educación superior universitaria. Ocupan el 78% de los puestos en el área de enseñanza, el 53% en salud y servicios sociales y el 38% en el comercio. Las estadísticas confirman lo que se ve cotidianamente: cada vez más mujeres, además de ser madres y amas de casa, salen a trabajar.

 

¿Y dónde quedan los chicos mientras tanto? Hoy son cada vez más las escuelas y los jardines de infantes que ofrecen salas de 2 años, en las cuales –a diferencia de las guarderías– los niños comienzan a vivir la experiencia educativa. No es sólo un lugar en donde “pasar el tiempo”, sino un espacio para desarrollar sus habilidades lingüísticas, psicomotrices y de socialización.

 

Marisa –madre de Mariana, de 5 años, y Martina, de 2– cuenta su caso: “Yo trabajo hasta las 2 de la tarde. Hasta el año pasado, una señora las cuidaba a la mañana y la mayor iba a sala de 4 a la tarde. Este año empezó preescolar con doble turno. Entonces decidimos inscribir a Martina en la salita de 2 porque nos pareció mejor que pasara la mañana con otros chicos y no sola”.

 

A la hora de elegir el jardín de 2 años, es conveniente averiguar qué importancia se le da a ese período dentro de la institución, y asegurarse de que esté preparada pedagógicamente y en su arquitectura para recibir a chicos de esta edad. Lo ideal es que los chicos más pequeños estén separados de los grandes y tengan espacios de juego exclusivos. También hay que asegurarse de que sean grupos pequeños y que la maestra tenga siempre una auxiliar. En este sentido, el sector de Pediatría Ambulatoria del Hospital de Niños Pedro de Elizalde recomienda que los grupos de niños de esta edad tengan un tamaño máximo de 14 chicos, con una relación personal/niños de 1/7. Por último, no debe menospreciarse la diferencia evolutiva entre quienes recién han cumplido los 2 años y los que comienzan el año escolar con dos años y medio. Algunos jardines lo contemplan, subdividiendo la salita en dos grupos.

 

Para los primeros días de adaptación, la Academia Americana de Pediatría, de Estados Unidos, aconseja: " Deje que su hijo se adapte gradualmente y se relacione con los demás niños y con las personas que lo atenderán. Si es posible, déjele un juguete u objeto favorito. Cuando usted se vaya, hágalo con una actitud alegre y hágale saber que usted se va, no trate de escabullirse. No se sorprenda si su hijo llora los primeros días. Durante la primera semana, el niño podría decir que no quiere regresar: permanezca firme en su decisión y su hijo se adaptará gradualmente al cambio; algunos niños necesitan hasta 1 ó 2 meses. A pesar de sus esfuerzos, su hijo llorará algunas veces y en ocasiones se enfermará. Trate de no reconsiderar la decisión acerca de su carrera o profesión cada vez que suceda esto”.

 

Es útil tener en cuenta que entre los dos y los tres años, si bien no hablan perfectamente, los niños son capaces de comunicarse con los otros. Esto les permitirá comunicar sus necesidades y deseos a sus maestras y también contar en casa cómo se sienten en el colegio, qué actividades realizaron, si les gustaron o no, etc.

 

También es bueno recordar que los niños disfrutan estando con personas de su edad, con quienes comparten juegos e intereses. Entrar en ese mundo los ayuda a desarrollar habilidades sociales. En el jardín aprenden a compartir, seguir pautas, disfrutar de la compañía de los otros, crear amistades, esperar su turno, resolver conflictos, e identificar sus intereses por actividades como la música, los juegos, la pintura o la escucha de cuentos. Como todas las mamás que trabajan fuera del hogar saben, no es fácil coordinar trabajo y chicos, pero al menos es posible y con la ayuda de un buen jardín, más fácilmente se logrará.

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