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Las enfermedades eruptivas

Las enfermedades eruptivas

Hay varicela en el jardín. La noticia se pasa rápidamente entre las madres. Algunas ya vivieron la experiencia, pero entre las que no, aparecen preguntas. ¿Cómo evitar el contagio?

Las enfermedades eruptivas

Las enfermedades eruptivas son infecciones virales o bacterianas, caracterizadas por la aparición de manchas, ampollitas o lesiones en la piel y por acarrear también inflamación de la garganta y las mucosas. Las principales son sarampión, varicela, rubéola, escarlatina y quinta enfermedad. A continuación, una guía para detectar los primeros síntomas, distinguir las erupciones e identificar el período de contagio.

Sarampión

Las primeras manifestaciones son tos, rinitis, conjuntivitis y fiebre. Unos días antes de la erupción puede aparecer una lesión característica en la boca (lesión de Koplik). La erupción comienza en el cuero cabelludo y atrás de las orejas y se extiende al tronco y las extremidades. Al cuarto día estas lesiones comienzan a desaparecer. El contagio es por vía oral (gotas de saliva) y se produce desde dos días antes de la erupción hasta cinco días después de la misma.

Rubéola

Las primeras manifestaciones son fiebre no muy alta durante uno o dos días y aumento del tamaño de los ganglios ubicados detrás de las orejas y debajo de la nuca. La erupción comienza por la cara y se extiende al tronco y las extremidades en un día. Son manchas rojizas, redondas, pequeñas (de menos de cinco milímetros) y planas. Contagia por vía oral (gotas de saliva) hasta siete días después de iniciada la erupción.

Varicela

Las primeras manifestaciones son fiebre alta y decaimiento general, si bien la incubación transcurre sin síntomas durante 2 ó 3 semanas. La erupción consiste en pequeñas ampollitas que pican, comenzando por la cara y el cuero cabelludo y extendiéndose luego a todo el cuerpo. El contagio se da por vía aérea, hasta el sexto o séptimo día del comienzo de la erupción, cuando por lo general las lesiones se transformaron en costras.

Escarlatina

Las primeras manifestaciones son: fiebre alta, náuseas, vómitos, cefaleas y dolor al tragar. La lengua se pone blanca, con bordes y puntos bien rojos y a los días se descama, quedando de color rojo.  Aparecen manchas rojas en el paladar e infección en la garganta. La erupción comienza en el cuello y luego sigue hacia el tronco y las extremidades, y en ocasiones la cara. Son lesiones en forma de punto, color rojo y se presentan muy juntas entre sí. Pueden provocar picazón. El contagio –que es por vía aérea– dura desde que aparecen los síntomas hasta las 24 ó 48 horas de iniciado el tratamiento.

Quinta enfermedad (“la quinta”)

Las primeras manifestaciones son un cuadro de malestar general, con fiebre baja. La erupción empieza en la cara y al cabo de 24 o 48 horas alcanza las extremidades y los glúteos. Las lesiones son rojas, en placas y no producen picazón. El contagio es por vía respiratoria.

Cada una de estas enfermedades tiene sus medidas específicas, pero hoy es posible prevenir su aparición, a través de la vacunación. El sarampión y la rubéola –junto con las paperas– están asociadas en la vacuna triple viral o MMR, que  forma parte del calendario nacional de vacunación. La primera dosis se da a los 12 meses de vida, la segunda a los 6 años y el refuerzo a los 11. Existe también una vacuna contra el virus varicela-zoster, que puede ser aplicada en niños sanos a partir del primer año de edad.

¿Y qué pasa con los bebés menores de un año? El Doctor Hamilton Cassinelli, médico Pediatra Endocrinólogo e integrante del Staff de MamasHelp , explica: “Es poco frecuente que durante el primer año de vida los niños tengan eruptivas ya que se encuentran protegidos por los anticuerpos maternos y más si son alimentados a pecho”.

Sobre la importancia de seguir el calendario de vacunación desde el primer momento, la Sociedad Argentina de Pediatría indica: “Si está vacunado oportunamente para los dos años, usted protege a su niño de que se infecte y previene que otros se infecten en la escuela o jardín maternal”. Cada una de las aplicaciones debe quedar registrada en la Libreta de Vacunación, que se convierte en una “hoja de ruta” del sistema inmunológico de los chicos. En palabras de la SAP: “Un certificado se inicia al nacer, cuando recibe su primera vacuna y se actualiza cada vez que recibe una nueva. Esta información es útil si usted se muda o cambia de pediatra o cuando su hijo empiece a concurrir a un jardín maternal o vaya a la escuela. Recuerde llevar siempre el certificado cuando haga las consultas de control”. Una buena idea es hacer fotocopias y guardarlas junto con los documentos y otros papeles importantes de la familia.

Nota supervisada por el Equipo Médico de Mamashelp.

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