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El rol del padre en la familia

El rol del padre en la familia

A partir de las seis semanas de vida, los niños distinguen la voz del padre de la de la madre. Ya a las ocho semanas se evidencia que, al acercarse la madre, responden con un ritmo cardíaco y respiratorio más lento, aflojan los hombres y bajan los párpados; en cambio, cuando se acerca el padre, se les acelera el ritmo cardíaco y respiratorio, tensan los hombros, abren los ojos y se les vuelven más brillantes

(Pruett, Kyle D.).

El rol del padre en la familia

La familia

La familia es el núcleo fundamental de la sociedad, pero no sólo tiene una función social sino que también cumple un rol psicológico para sus integrantes. “La familia es el espacio en el que se obtiene cariño, afecto y se descubre el sentido de la vida” (Bernales M., Sergio).

Sin embargo, el modelo tradicional de familia ha ido evolucionando, dado los cambios culturales y sociales que generaron transformaciones estructurales importantes en ella. Además, también sucede con frecuencia que los padres se ven absorbidos por el trabajo, dejándoles poco tiempo para dedicarse a la familia.

 

Padres y madres: diferentes y complementarios

Aunque las maneras y los estilos de crianza son distintos, es necesario tener en cuenta que tanto los padres como las madres son igualmente capaces de interpretar las señales de sus hijos (hambre, sueño, molestias, etc) e igualmente capaces de responder a ellas de manera adecuada.

Las diferencias son muy notables en dos aspectos:

  • En la forma de jugar: El padre es más explorador, ayuda a su hijo para que éste forme su confianza en sí mismo. Apoya las conductas del hijos que buscan novedad y lo ayuda a tolerar frustraciones cuando intenta algo nuevo. Por otro lado, la madre suele aferrarse a los esquemas más convencionales.
  • En la disciplina: La madre tiende a imponerla subrayando los costos sociales y de relación que tiene la mala conducta, el padre lo hace subrayando las consecuencias mecánicas y sociales de ésta, alejándose de lo emocional y de un modo más impersonal cuando han trazado un límite.

 

Las diferencias que se observan resaltan que padre y madre son complementarios y necesarios para el  correcto desarrollo de los hijos.

Desde recién nacidos los bebés pueden distinguir a su papá de su mamá….

A partir de las seis semanas de vida, los niños distinguen la voz del padre de la de la madre. Ya a las ocho semanas se evidencia que, al acercarse la madre, responden con un ritmo cardíaco y respiratorio más lento, aflojan los hombres y bajan los párpados; en cambio, cuando se acerca el padre, se les acelera el ritmo cardíaco y respiratorio, tensan los hombros, abren los ojos y se les vuelven más brillantes

(Pruett, Kyle D.).

Paternidad comprometida

El concepto de paternidad comprometida se refiere a determinadas características, ausentes o presentes, en las relaciones de padre e hijos. Doherty y Erikson han determinado que esas características son:

  • Tener sentimientos y conductas responsables respecto del hijo
  • Sentirse emocionalmente comprometido.
  • Ser físicamente accesible
  • Ofrecer apoyo material para sustentar las necesidades del niño
  • Ejercer influencia en las decisiones relativas a la crianza del hijo.

Los niños fruto de familias con padres comprometidos se caracterizan por una mayor capacidad cognitiva, mayor empatía y mejor capacidad de autocontrol. Y no sólo tiene consecuencias positivas para los hijos, también implica que las madres tengan más libertad para alcanzar metas profesionales manteniendo un adecuado grado de cercanía en la relación con sus hijos.

Para que los padres puedan comprometerse con su familia y sus funciones, es necesario que la madre lo apoye y que su trabajo le de la libertad suficiente para ejercer su rol de padre, ya que ambos factores pueden afectar seriamente el compromiso paterno.

Aunque las reglas del juego no son específicas y no hay un rol paterno único al que todos los padres deberían seguir, lo que sí está claro es que su compromiso y su presencia en el ámbito familiar es fundamental. No se trata de rasgos personales del hombre, como masculinidad o intelecto, sino de la relación que tenga con sus hijos y su familia. Lo importante es construir relaciones contenedoras, que brinden seguridad y sean recíprocas.

Fuente: Fundación Chile Unido

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