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Cómo es el día después del parto

Cómo es el día después del parto

Los cambios de estado de ánimo que ocurren luego de tener al bebé, son frecuentes y normales ya desde los tiempos del griego Hipócrates. Pero ¿por qué ocurren? Y lo más importante, ¿cómo sigue todo una vez que el hijo esperado ya está con nosotros? ¿Cómo es el bebé recién nacido?

Cómo es el día después del parto

Luego del Parto

Aún cuando se tuvo un buen embarazo y hasta un parto relativamente fácil, el nacimiento del bebé es una experiencia agotadora, tanto en lo físico como en el aspecto emocional. Ni hablar de los partos difíciles, o aquellos que son la culminación de un embarazo complicado o ansioso.

El manejo de las expectativas del embarazo

Puede suceder que, luego de muchas expectativas y otras tantas fantasías alimentadas durante varios meses, el parto o el bebé tengan un significado incomprensible para la mamá en un primer momento, o incluso puede aparecer algún temor relativo a su salud, que termina por aumentar su angustia. Marcia recuerda: “Cuando fui a tener mi primer bebé, imaginaba cómo debía ser cada cosa que iba a suceder en el sanatorio. Al final, nada resultó así. Terminé con una cesárea en la que me sentía llevada por los médicos, sin poder participar; y acabé agotada sin desear otra cosa que dormir y calmar mis dolores. No sentía entusiasmo por ver inmediatamente a mi bebé o ponerlo al pecho, algo sobre lo que había leído tantas veces. Llegué a sentir culpa por eso.” El sentimiento de culpa es habitual en la mamá que siente tristeza luego de parir, cuando todos la felicitan por ese feliz momento.

Las hormonas que nos vuelven locas

Los cambios hormonales y químicos responsables de esta situación no se conocen por completo y es difícil precisar un diagnóstico debido a los cambios y síntomas que ocurren en cada mujer durante el período inmediatamente posterior al nacimiento. ¿Qué explica, entonces, que sea un sentimiento tan compartido, a pesar de sus diferencias y variaciones? Durante el embarazo se elevan continuamente los niveles de estrógeno producidos por la placenta, e influyen sobre la afectividad de la mujer. Desde poco antes del nacimiento, estos niveles disminuyen progresivamente y enseguida después del nacimiento hay una caída bastante drástica de las hormonas llamadas “del embarazo”. Estos cambios, sumados a la tensión natural y al desgaste físico por el nacimiento, explican fácilmente la aparición de esas alteraciones que se aprecian, sobre todo, en lo emotivo. Pero las hormonas son sólo una parte del factor causal: está demostrado que un entorno positivo y el soporte por parte de los afectos más cercanos, favorecen una emotividad más estable por parte de la mamá, quien siente la contención y la posibilidad de delegar mentalmente las preocupaciones en esas personas, que están ahí, a su lado.

En todos los casos, es muy bueno tener ideas realistas y alguna información certera sobre las cosas que ocurrirán cuando el bebé haya salido. Por ejemplo, saber del cansancio, de la tristeza y hasta de la culpa. Pero también, hacerse unas expectativas positivas de todo eso y de cuanto rodea al bebé. Lo habitual es que, inmediatamente después de un nacimiento normal, la mamá puede ver y sostener a su bebé unos pocos minutos. Ese primer momento juntos es muy especial para ambos y desde aquí comienza un contacto físico y emocional mucho más íntimo con el ser que llevaba en su vientre. Sin embargo, los padres pueden crear buenos vínculos con sus bebés incluso cuando no pasan las primeras horas juntos, por las causas que sean.

Cómo es el bebé recién nacido

Aunque anteriormente la madre y el bebé solían permanecer hasta una semana en el hospital, hoy en día ese período se ha reducido significativamente a dos o tres días, si no existen complicaciones. Con esto, muchos cuidados le quedan a la mamá en su casa, y pueden generarle algún temor de estar haciendo las cosas bien, como sucede con la caída del cordón umbilical. Si bien no es algo dificultoso, cualquier duda que se tenga, debe consultarse o bien con el neonatólogo mientras todavía la mamá está internada o directamente con el pediatra del bebé, sobre todo para conseguir la tranquilidad de los papás.

 

Otras cuestiones que pueden saberse anticipadamente, para no angustiarse sin necesidad, es que la mayoría de los bebés presentan una leve erupción cutánea ("rash ") durante la primera semana de vida. Habitualmente, éste aparece en aquellas áreas del cuerpo que están expuestas al roce de la ropa (piernas, brazos y espalda), y rara vez en la cara.

 

El "rash" tiende a desaparecer sin ningún tratamiento. Es importante conocer que las lociones o talcos, los jabones que contienen perfumes y los pañales muy ajustados tienden a empeorar la erupción, especialmente cuando hace calor.

 

Además, es normal también observar que, al cabo de unos días, la piel del bebé se seca y se descama, especialmente en los pliegues de las muñecas y los tobillos.

 

Vinculado al color que asume la piel, no es infrecuente que algunos bebés presenten un tono amarillento (ictericia), que si es muy elevado habrá que controlar. En ese caso, se coloca al bebé en una cunita bajo una lámpara intensa, en la maternidad del sanatorio, por varias horas. Incluso puede necesitar unas horas más allá del alta de la mamá. En esos casos, las ilusiones de salir caminando con su bebé en brazos pueden provocar una angustia extrema en muchas mamás, pero hay que recordar que lo principal en esto es la salud del recién nacido y que el tratamiento que recibe será corto e inocuo. A menudo, ver a estos seres tan chiquitos con sus ojos tapados y desnudos bajo la luz despierta un sentimiento de compasión, pero en realidad no se trata de algo grave y tampoco es tan raro que ocurra.

 

Durante los primeros días de vida, el bebé perderá entre el 5 y el 10 por ciento de su peso al nacer, pero lo recuperará a medida que empiece a comer. Nada tiene que ver en esa pérdida la leche de la mamá. Algunas mujeres creen que no están produciendo suficiente o que su leche no es buena. Esto no es así; el bebé sólo se está adaptando a comer de una nueva manera, por eso hay que darle el pecho cuando lo pida.

Cada nacimiento es único

 

En realidad, el famoso “día después” es pura novedad y emociones de todo tipo. Las mamás experimentadas, por ejemplo, conocen muchas de las descripciones anteriores y, no obstante, siguen sorprendiéndose en cada nacimiento. Por eso, la llegada de un bebé puede calificarse siempre como un misterio, tal vez el único acto verdaderamente original que ocurre en la vida. Saber esto también ayuda, porque permite disfrutarlo mucho mejor.

Nota supervisada por el Equipo Médico de Mamashelp.

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