Niño
2 años

Llega un hermanito:

Aparecen los celos

Aparecen los celos

Llega el hermanito y con él un nuevo sentimiento aflora en el primer hijo. Ya no es el único que recibe la atención de los padres y, muchas veces, esto lleva al nacimiento de los celos. ¿Cómo manejarlos? 

Aparecen los celos

"Los primeros meses de Delfina en casa hicieron que Alejo empezara constantemente a buscar mi atención. Incluso un día empezó a no querer ir más al jardín, aunque nunca antes había tenido problemas con eso”, cuenta Paola, madre de Delfina, de 8 meses, y Alejo, de 2 años y medio.

Antes de la llegada del nuevo hijo, la vida familiar discurre en un orden ya establecido. Con este cambio, viene también una reorganización no sólo de las rutinas, sino también de la atención que se les brinda a los hijos mayores. Y entonces, de pronto, la conducta de los chicos cambia: pueden tener  regresiones, estar  más demandantes o quizás agresivos. En pocas palabras: llegaron los celos al hogar.

Durante su tiempo de hijo único, el mayor se va formando unas expectativas con respecto a sus padres –como la certeza de que recibe atención exclusiva– que el recién llegado viene a romper. Como explica Nurit Kopelioff, licenciada en Psicología y especialista en Familia, Pareja y Lactancia Materna: “El mayor seguramente siente que él es menos querido porque creció. Por eso es importante explicarle cuánto valoramos sus logros y qué orgullosos estamos de todo lo que él puede hacer a su edad”.

Los cambios de conducta

Es normal descubrir que los hijos mayores comienzan a actuar de forma diferente. Por un lado, pueden volver a tener conductas que ya habían dejado atrás: al ver que la madre le dedica tanto tiempo al bebé, lo imita para lograr acaparar su atención. Por eso es común encontrar chicos que vuelven a hacerse pis encima o piden “upa” o el chupete. Otras posibles manifestaciones de los celos son indiferencia hacia el recién llegado o trastornos de conducta: se vuelven agresivos, se aíslan, parecen tristes y lloran mucho. Silvia, madre de Sofía, de 5 años, y Julián, de 4, cuenta: “A pesar de que ya había pasado un año desde la llegada de Julián y se llevaban muy bien, un día me despierto de la siesta y la veo corriéndolo por el comedor... ¡con una sillita para pegarle!”.

En estos momentos es importante que los padres fomenten el diálogo con el mayor, no para obligarlo a querer a su hermano –porque el cariño crecerá solo con el tiempo-, sino para explicarle la nueva situación, compartir sus sentimientos y mostrarle su apoyo.

Reforzar el vínculo

Con atención y comprensión, los padres pueden reforzar el vínculo con los hijos mayores y ayudarlos a superar ese sentimiento de celos. Carolina Lupo, psicopedagoga y madre de Bernarda, de 2 años, y María Agustina, de 6 meses, afirma: “Lo más importante es desdramatizar la situación. Ayudarlo a hacer otros vínculos  porque a un chico que era exclusivo de sus padres y familia y que no tenía relación con otros niños, le resultará mucho más chocante la llegada de un nuevo integrante a la familia”. La psicopedagoga ofrece una serie de sugerencias para manejar estas situaciones:

  • No proponer grandes cambios al hermano mayor –como dejar los pañales, o cambiar de jardín o escuela– justo después del nacimiento del bebé. El niño puede pensar que todo es "culpa" del hermanito.
  • Hacer participar al mayor del cuidado del recién nacido y festejar su ayuda en la medida en que dicho cuidado no sea vivido como una excesiva responsabilidad por parte del niño.
  • Ser paciente y mimarlo más allá de que se enoje o llore.
  • Dedicar siempre un tiempo sólo para él.

Por encima de todo, es fundamental que los padres le recuerden constantemente que tienen amor para todos los hijos, sin discriminación y con igual intensidad.

Nota supervisada por la Lic. Marcela Antebi

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