Niño
1 año

¡Quiero comer solo!

¡Quiero comer solo!

Entre los 12 y los 24 meses, los chicos quieren empezar a comer solos. Cómo estimularlos y ayudarlos sin frustrarlos, y cómo no perder la paciencia en el intento.

¡Quiero comer solo!

María todavía no tiene dos años pero, sentada a la mesa, parece mayor. Con destreza y precisión, toma la cuchara –instrumento que domina desde los 18 meses– y se sirve lentamente cuadraditos de milanesa y bocados del puré que le sirvió su mamá. El vaso de agua y la servilleta también cumplen perfectamente su función en manos de esta pequeña.

El caso es verdadero, pero tan real como inusual, como reconoce con humor la misma madre: “ Nos sorprendió a todos al año y medio agarrando perfectamente la cuchara. A mí al principio me daba ‘cosa’ dejarla sola, me parecía muy chiquita, pero no quiere saber nada con que le demos de comer."

Hasta los doce meses, los bebés raramente muestran interés por agarrar la cuchara para comer solos. A partir del año, lentamente empiezan a explorar su uso. La habilidad para comer con utensilios, sin embargo, es una conquista progresiva pues requiere de un importante desarrollo de la motricidad fina.

En la medida que el bebé se muestre interesado, se puede aprovechar para enseñarle a comer solo, pero sin presiones ni retos, respetando sus propios tiempos.

Algunos consejos para un buen aprendizaje:

  • Algunos alimentos son ideales para el “ensayo y error” porque son fáciles de agarrar con la cuchara. Por ejemplo, puré, manzana rallada, banana pisada, yogur, etc.
  • Tener en cuenta que lo que le gustó hoy quizás mañana ya no. Es una edad muy cambiante en cuanto a los gustos alimentarios y eso influye en su manera de comer.
  • Controlar el ritmo en que come. Aunque la gran mayoría se distrae y tarda mucho, quizás ocurra que coma demasiado rápido. En esos casos, conviene hablarle entre bocado y bocado y recomendarle que mastique bien.
  • Preparar dos platos y dos juegos de cubiertos: el bebé va comiendo de su propio plato, con una cuchara o un tenedor sin puntas filosas. Y mientras tanto, la mamá va intercalando bocados de otro plato, para asegurarse de que coma lo suficiente.
  • Tolerar el desorden en la cocina. Necesariamente va a terminar sucia, pero ese no debe ser un motivo de reto. Lo único que no debe permitirse es que tire la comida o derrame el agua intencionalmente, algo que raramente ocurre a esta edad. Un truco para facilitar la limpieza: poner hojas de diario debajo de la silla de comer.

El proceso de aprender a comer puede llevar meses y hasta años, si se suma la enseñanza de los modales en la mesa. Pero el primer paso está en esos días de zapallo por todo el piso y manzana hasta en el techo. En lo alto de su sillita, con su enorme babero lavable y la cuchara de plástico, el bebé está viviendo un nuevo desafío en su crecimiento.

Nota supervisada por el Equipo Médico de Mamashelp.

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