Niño
3 años

Los 44 meses de tu hijo:

Quiero dormir con mamá

Quiero dormir con mamá

Casi todos los niños, en algún momento de su infancia, se trasladan a la cama de sus padres para pasar ahí el resto de la noche. Está en los adultos ponerle un freno a la costumbre y reeducarlos para que logren dormir solos.

Quiero dormir con mamá

Juan José Isa,agrega: “Se recomienda proceder así sistemáticamente, hasta que el niño lo entienda. Si los padres acceden a que se quede en la cama de ellos, a la larga van a aparecer conflictos familiares y el necesario despegue del niño nunca se va a producir”.

“Cuando mi hijo cumplió 4 años, empezó a bajarse de la cama y a venir a la nuestra. Decía que tenía miedo y que quería pasar el resto de la noche con mi esposo y conmigo. Cuando nos negábamos, lloraba sin consuelo e insistía con que le daba miedo dormir solo en su cuarto. La etapa duró como 1 mes y fue difícil, pero lo superamos”, recuerda Inés, mamá de Camilo (5).

Es probable que la anécdota de Inés le resulte familiar a más de una madre con hijos de esta edad. De hecho, los expertos aseguran que la mayoría de los niños atraviesan una etapa en la que quieren dormir con sus padres para sentirse más seguros y contenidos.

Las pesadillas, el miedo a la oscuridad y la rica imaginación que caracteriza a los niños a esta edad son algunos de los factores que pueden llevarlos a querer dormir “en la cama grande”. Las vacaciones, las alteraciones de horarios y una enfermedad son otras situaciones que, al cambiarles la rutina, pueden provocarles insomnio y, por ende, ganas de trasladarse al cuarto de los padres. Lo importante, entonces, es saber reeducarlos para que se sientan lo suficientemente tranquilos como para poder dormir en su propio cuarto. 

“Cuando la situación se presenta, los padres tienen que estar entrenados para saber que lo mejor es acompañar al niño de nuevo a su habitación, acariciarlo, tranquilizarlo y explicarle que tiene que dormir solo. Es importante, además, aclararle que su mamá y su papá están cerca y que, si los necesita, puede llamarlos”, señala el pediatra.

El cansancio y las ganas de seguir durmiendo en plena madrugada pueden hacer que los padres “sucumban” ante el pedido de su hijo y accedan a dejarlo dormir con ellos. Sin embargo, como señala Isa, es preferible “invertir” tres o cuatro noches en vela hasta que el niño vuelva a dormir solo, en lugar de prolongar una situación problemática durante años.

Es importante, además, que los niños aprendan a conciliar el sueño, sin depender de un objeto externo (un chupete, una canción, un peluche, etc.) que requiera de la intervención adulta para proveérselo. Si no, cada vez que se despiertan en la mitad de la noche, necesitarán de la ayuda de sus padres para recobrar ese objeto y seguir durmiendo.

Hacer referencia a la situación durante la mañana siguiente también contribuye a que el niño pueda expresar sus miedos nocturnos. Sin el cansancio de la madrugada de por medio, es probable que los padres puedan ofrecer mejores explicaciones acerca de por qué no puede dormir con ellos y debe aprender a hacerlo solo en su cuarto.

Con dedicación y mucha paciencia, la mayoría de los niños terminan aceptando las “reglas del juego” que imponen sus padres. Está en manos de los adultos enseñarles la importancia de los espacios y los momentos que, dentro del hogar, cada miembro de la familia debe respetar.

Consejos que debes tener en cuenta:

  • Buscar un período de tranquilidad treinta minutos antes de la hora de dormir.
  • Fijar una hora específica para dormir recordándoselas a los niños, 15 minutos antes de la hora acordada.
  • Preparar la habitación para que la vea acogedora y conductiva al sueño.
  • Limitar las comidas y bebidas antes de la hora de acostarse.
  • Permitir al hijo que elija con qué pijamas quiere dormir, qué muñeco de peluche necesita llevarse a la cama, etc.
  • Acostar al hijo cariñosamente para reafirmar una sensación de seguridad.
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