Cómo los bebés adquieren el idioma entre las edades de 0 a 3 años

Les detallaremos algunas conclusiones de estudios científicos que han revelado como el ser humano adquiere un idioma. No te lo pierdas...

 

 

 
El cerebro de un bebé recién nacido es similar a un caótico conjunto de neuronas sin conectar, ansiosas de ser estimuladas, dirigidas y ‘cableadas´ en un patrón lógico.
Este complejo cableado crea un enorme número de conexiones que producen un rápido sobre desarrollo del cerebro entre los 2 y 10 años de edad. Aunque trillones y trillones de neuronas se conectan durante este período, más de la mitad de ellas eventualmente serán eliminadas. Por eso y de acuerdo a las investigaciones científicas el mejor consejo es mantener la mayor cantidad de neuronas funcionando activamente.
Durante la primera década de nuestra vida la corteza cerebral experimenta una enorme curva de consumo de energía. Los valores metabólicos se incrementan rápidamente comenzando al momento de nacimiento y alcanzando su valor más alto, comparable al de los adultos, a la edad de 2 años. A la edad de 3 la energía metabólica del cerebro del niño sobrepasa la de un adulto y a los 4  alcanza una meseta que dura hasta los 9. Dicha meseta resulta de la excesiva conectividad de las neuronas corticales, que a su tiempo serán preservadas o anuladas dependiendo del estímulo a la que se las haya expuesto. A la edad de 10 la plasticidad del cerebro empieza a declinar hasta los 16 o 18 en donde el nivel de glucosa utilizado es comparable a los valores de los adultos.     
Debido a que las regiones cerebrales se desarrollan sistemáticamente existen períodos óptimos para el aprendizaje.  Distintas regiones son más maleables en determinadas fases, es decir que nuestro cerebro se encuentra particularmente abierto a ciertos estímulos en ciertas etapas, una vez que esta etapa ha finalizado perdemos esta habilidad única. Si un niño quisiera aprender a tocar un instrumento musical, no debería esperar hasta los 20 años ya que en esa etapa la corteza cerebral ya está desarrollada. Debería hacerlo desde temprana edad cuando su corteza cerebral está preparada para dicha actividad. Las conexiones que se generaron en ese momento pasarán a ser importantes para el desarrollo cerebral. Aquello que se haga de pequeño y sea repetido varias veces le resultará más fácil no sólo física sino también biológicamente. Por lo tanto si un niño aprende una segunda lengua o toca un instrumento desde niño las conexiones realizadas para desarrollar dicha actividad serán indestructibles.  
Además hay que destacar lo importante que es la repetición y la revisión en el aprendizaje. Las investigaciones realizadas sugieren que los llamados crash courses (cursos cortos de inmersión) en una segunda lengua son mucho  menos efectivos que el aprendizaje continuo a lo largo de 4 o 5 años.
El camino que nos guía a la adquisición de un idioma comienza aún antes del nacimiento, cuando el feto escucha la voz burbujeante de su madre dentro del útero materno. Los bebés recién nacidos prefieren la voz de su mamá por sobre otras voces aún la de los padres. Los investigadores recientemente han descubierto que  cuando los pequeños  escuchan una grabación con la voz de su mamá hablando en su lengua materna, succionan sus chupetes con mayor fuerza.
Al principio los bebés responden al ritmo o música del idioma no a  las palabras propiamente dichas. Pero muy pronto asimilan los sonidos típicos del idioma de sus padres. Cada idioma utiliza diferentes grupos de sonidos (fonemas) que se combinan para formar sílabas. Para un adulto es casi imposible pronunciar correctamente los fonemas de una lengua extranjera. Es el caso del hablante del idioma japonés al que le resulta muy difícil reconocer la diferencia entre la l y r debido a que en dicho idioma no existen como fonemas separados. Lo mismo sucede con la p que para castellano suena siempre igual mientras que en inglés tiene una pequeña aspiración de acuerdo al lugar en dónde se encuentra ubicada.
Según Janet Werker y Richard Tees  psicólogos de la Universidad de Columbia en Canadá, los bebés a los 4 meses responden a cualquier fonema de idiomas completamente distintos entre sí. A los 6 distinguen perfectamente entre el idioma materno y otro al que haya sido expuesto. Entre los diez meses y el año enfocan su atención en los diferentes fonemas de su idioma ignorando las diferencias entre sonidos de otra lengua.
No es que pierden la habilidad de distinguir estos sonidos  sino que simplemente no les prestan atención. Esto les permite aprender rápidamente las sílabas y palabras de su idioma nativo.
En notas sucesivas continuaremos descubriendo el fantástico  proceso de la adquisición de un idioma.

Patricia Gabrielli

 

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