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1 año

Los niños y el sol

Cuidá la piel de tu bebé en verano

Cuidá la piel de tu bebé en verano

Los días lindos y las temperaturas agradables invitan a disfrutar del aire libre. Para cuidar a tu bebé, y evitar exposiciones que perjudiquen su piel y su salud es necesario seguir estas recomendaciones. 

Cuidá la piel de tu bebé en verano

Recomendaciones para estar al sol con un bebé

Evitar la exposición entre las 10 y las 16

La regla principal es mantener a tu hijo a la sombra durante las 11 y las 16, cuando los rayos del sol son más dañinos. Antes o después de ese horario, es necesario que cuentes con un buen protector solar (FPS arriba de 40), gorro, anteojos de sol, sombrilla y ropa liviana de algodón no muy apretada.

Poner el protector solar correctamente

El protector solar es imprescindible para cuidar la piel de toda la familia. Hay que colocarlo en la piel de la persona que se va a exponer media hora antes de salir al sol para que absorba correctamente. Si es la primera vez en el día, lo correcto sería colocar una cantidad generosa, incluso que quede una capa visible. Reaplicar cada dos  horas.

Para los más pequeños, hay que usar una crema con un factor de protección solar diseñada especialmente para bebés y niños. Consultar con el pediatra el producto recomendado. Importante: fijarse que diga “protección contra rayos UV”. Éstos entran en las nubes y pueden quemar incluso en los días nublados.

Si querés conocer los consejos para proteger a los niños del sol de Dermaglós, ingresá en Las primeras vacaciones en la playa con mi bebé.

Cuidado con la insolación: cuidar la hidratación, vestirlos con ropa liviana y buscar un lugar fresco para descansar.

Los bebés y los niños pequeños pueden tomar temperatura y deshidratarse rápidamente. La exposición solar en días de mucho calor, sin hidratación adecuada o cuidados pueden provocar una insolación o golpe de calor. 

La insolación es el resultado de la exposición al sol y al calor extremo. La persona insolada no puede controlar la temperatura de su cuerpo, se siente cansada y tiene sed. Además, padece dolor de cabeza, fiebre, mareos, náuseas o vómitos y hasta convulsiones. Es serio en niños pequeños. 

Los síntomas de la deshidratación incluyen: malestar, ausencia de lágrimas cuando llora, vómitos y si aún usa pañal, que el mismo esté seco (no hace pis con tanta frecuencia). Si el niño tiene alguno de estos síntomas, llevarlo a un lugar fresco, sin sol directo, mojarle la frente y la nuca con agua fría, y ofrecerle agua. Si tiene alguno de los síntomas detallados arriba, no dudar en consultar a un profesional. 

La insolación se manifiesta también a través de la fiebre miliaria o sarpullido por el calor. Para bajar la temperatura lo recomendable es - nuevamente - llevar al niño a la sombra, hidratarlo y refrescarlo con un paño mojado con agua fría. Desde ya, consultar con el profesional.

¡Atención! 

Aunque el bebé se encuentre dormido en el auto, y los padres no quieran despertarlo, es importante sacarlo del auto, sobre todo en días de calor. La temperatura aumenta muy rápido dentro de los coches (como así también baja muy rápidamente durante el invierno) y los bebés pueden quedar atrapados con consecuencias muy muy serias. 

Tomar recaudos cuando se deja al bebé en un cochecito o carrito. Tener en cuenta que la sombra se mueve con el correr del día y sin quererlo el niño puede quedar expuesto al sol. 

 
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