Niño
1 año

El concepto de intimidad

El pudor en los niños

El pudor en los niños

Muchas veces los padres por temor a acelerar el descubrimiento de la sexualidad en sus hijos, toman todo tipo de medidas para evitar que vean, escuchen o pregunten respecto al cuerpo, las diferencias anatómicas y la desnudez.

El pudor en los niños

Otros padres en cambio, con el fin de mostrar lo natural del cuerpo y la desnudez, se bañan con sus hijos, se visten delante de ellos o van juntos al baño y resuelven abiertamente las inquietudes que sus pequeños les plantean.

Sin embargo, sucede en incontables ocasiones, que ni unos ni otros, al momento de fomentar el pudor en sus hijos, logran visualizar la dimensión de este término con su importancia, como mecanismo de defensa, sus riesgos (por ausencia o exceso) y sus consecuencias.

El Pudor

Constituye una defensa natural propia del ser humano, que le permite a cada persona proteger su intimidad, respetarse a sí misma y a los demás. Es por esto una necesidad respetar y fomentar el pudor, dado que otorga dignidad personal y protege al niño/a.

El pudor aparece cuando el niño/a ha logrado diferenciarse e identificar su cuerpo como propio y único, lo cual sólo será posible si el adulto le ha brindado tal posibilidad, cubriendo su desnudez y delimitando sus espacios de intimidad.

La Lic. Silvia Bleichmar (Doctora en Psicoanálisis de la Universidad de Paris VII, docente de posgrado de la Universidad de Buenos Aires y escritora), afirma que: “La puerta cerrada del dormitorio de los padres es una puerta abierta a la diferenciación y al derecho a la intimidad. La ropa puesta es un límite a lo q puede verse y una oportunidad para investigar.”

La Desnudez y la Cultura

Hay culturas que vivencian la desnudez como algo completamente normal e incluso existen playas nudistas frecuentadas por muchísimas personas. Para todo ello existen leyes que avalan las prácticas al brindarles un marco legal. En nuestra cultura, rigen normas que impiden que las personas puedan circular desnudas delante de los demás, lo cual es observado por los niños/as desde muy temprana edad.

En coincidencia con la psicoanalista Cristina de Marco, desvestir a los chicos delante de otros, exponerlos, o andar desnudos en su presencia, estaría implicando una falta de respeto a su intimidad y una tendencia a infantilizarlos al no considerar las necesidades de su crecimiento.

Al respecto la Lic. Bleichmar afirma que, es necesario descartar la idea de que el cuerpo humano es natural, por el contrario el cuerpo humano es cultural, está íntegramente atravesado por la cultura, sus representaciones y fantasías. Un cuerpo desnudo genera en el niño/a sensaciones, fantasías y excitación que no puede comprender ni resolver a diferencia de los adultos. La desnudez adulta, en consecuencia, se presenta para el niño/a como una amenaza generando angustia sin causa aparente, como expresión de esos impulsos y sensaciones que experimenta y lo perturban.

Cuándo aparece el Pudor?

Desde los dos años pueden observarse en algunos niños ciertas manifestaciones que pueden surgir inicialmente por imitación de los adultos, comportándose como lo hacen sus padres en la casa respecto a desvestirse delante de otros, ir al baño, etc. También aparecen por identificación con el progenitor del mismo sexo y como resultado de cierta timidez y el deseo de hacer las cosas solos y ganar autonomía también en la esfera de lo privado.

Ante todo, se plantea la necesidad de diferenciar los términos sexo y sexualidad. El sexo se relaciona con la función de los órganos sexuales, la intención sexual y las relaciones sexuales, de lo cual los niños no tienen noción alguna. La sexualidad por su parte constituye una función natural como hablar, cantar, caminar, dibujar y bailar, es parte del proceso que todo niño debe ir y va atravesando para desarrollarse.

En tanto, podría decirse que la vergüenza que aparece en los primeros años, se encuentra más bien relacionada con el hecho de que el niño ha descubierto que posee algo diferente a otros sin comprender aún los motivos.

Será con el tiempo que el pequeño dejará poco a poco de percibir la desnudez como algo natural y aparecerá el pudor, expresado en la vergüenza de mostrar su cuerpo desnudo frente a los demás y evidenciando con esto, su reconocimiento, identificación como ser sexuado.

Etapas del Desarrollo Sexual Infantil

Los niños nacen con sexualidad, sienten placer ante el tacto desde el primer momento, y por esto, son los mismos padres, encargados de su cuidado e higiene, los primeros en erotizarlos con sus caricias. Si bien cada niño transita las etapas de acuerdo a sus tiempos particulares, es posible plantear una división “aproximada” según las edades.

  • Hasta los 2 años. El niño va reconociéndose como ser sexual. La curiosidad sexual predomina en esta etapa y aparecen las ganas de ver e investigar. se preguntan por el origen de los niños y arman sus propias teorías al respecto. Se tocan-descubren casualmente sensaciones agradables-vuelven a tocarse. No hay aún signos de vergüenza o pudor

En esta etapa de curiosidad e investigación, tocan y miran sin connotaciones sexuales. Estos comportamientos forman parte de un proceso normal y esperable, por lo cual, no se trata de fomentarlos, pero resultará indispensable NO CASTIGAR.

  • De 2 a 3 años. El complejo de Edipo entra lentamente en escena y con él la identificación del niño con el progenitor del mismo sexo y la rivalidad con el sexo opuesto. En esta etapa los niños descubren las diferencias anatómicas entre uno y otro sexo, le dan nombre a los genitales y aparecen los juegos sexuales (mamá y papá, el doctor, etc.). Del mismo modo que fue planteado para la etapa anterior, el juego y la investigación a la edad de los tres años sigue siendo parte del sano desarrollo del niño, por lo cual, lejos de censurar será necesario que los adultos se mantengan atentos tomando las medidas necesarias para que el juego de los niños esté cuidado. Y digo CUIDADO que no significa custodiado.

Para ello podrá considerarse que jueguen con la puerta abierta, que no permanezcan solos mucho tiempo, incluso si se observaran conductas o intentos de “ver o tocar” los adultos podrían intervenir preguntando (sin retar) a qué están jugando e incluirse momentáneamente en el juego con propuestas alternativas. En esta etapa pueden empezar a aparecer indicios de vergüenza o pudor como conducta aprendida o imitación.

  • De 4 a 6 años. Las identificaciones y rivalidades que podrían haber aparecido en la etapa anterior se intensifican. Aparecen las conductas pudorosas frente extraños y personas del sexo opuesto (incluso con la madre o el padre). Les da vergüenza mostrarse desnudos y más aún que revisen sus partes íntimas. Juegan con niños y con niñas y con ambos pueden aparecer juegos sexuales.

Estos juegos que surgen son juegos sexuales infantiles, no genitales (es decir, que no tienen intención sexual sino de conocimiento e investigación).

Es fundamental establecer la diferencia entre estos juegos donde hay consentimiento de ambos niños y se encuentran ausentes los forzamientos y las agresiones; del acoso o abuso sexual en la cual existe una relación de asimetría, con diferencia de fuerza, edad, poder, saber, etc. La conducta abusadora de un niño hacia otro constituirá la repetición de una situación vista o vivida por él en forma pasiva.

  • Los 6 años. Esta etapa es llamada “periodo de latencia”, aquí el interés que hasta el momento se encontraba a disposición de la investigación sexual, se desplaza hacia el aprendizaje brindándole al niño la posibilidad de redirigir sus energías y emprender una nueva etapa de activa investigación encuadrado en el marco de lo escolar.

Enseñar y fomentar el pudor

Es muy importante que los papás comiencen tempranamente a enseñarle a sus hijos, el valor que tiene el pudor, fomentándolo como mecanismo y herramienta fundamental para el cuidado y protección de su propio cuerpo y su intimidad.

Será necesario para ello, explicarle a su hijo que existen partes del cuerpo que son íntimas, que nadie debe ver ni tocar, excepto cuando se requieran cuidados de higiene o controles médicos.

En los primeros meses, no hay para el bebé un cuerpo diferenciado del cuerpo de la mamá, en estos momentos el contacto corporal es fundamental, posibilita el vínculo, le brinda contención y seguridad. Mientras se encuentra en la etapa de lactancia, es habitual que el pequeño acaricie el pecho de su mamá, sin embargo, una vez que el niño deje atrás esa etapa será necesario que la mamá establezca nuevos límites y enseñe a reconocer y respetar la intimidad propia y de los demás. Esa diferenciación entre el cuerpo propio y el ajeno es lo que le permite al niño crecer y promueve su sano desarrollo, por ello cobra tal relevancia.

Al respecto, la Doctora Ángela Nakab médica pediatra y secretaria del Comité de Familia y Salud Mental de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) afirma que “Los padres tienen que explicar a los hijos que hay zonas que son privadas de cada uno, que uno tiene que mostrarse de acuerdo con su deseo, pero que no es lo habitual mostrarse como uno vino al mundo, porque cada uno tiene su intimidad y sus momentos personales para la desnudez”.

Des-mitificando ideas, des-idealizando mitos

“Cuando mi hijo me pregunta le digo que aún es chico y que más adelante entenderá”. “En casa de esas temas no se hablan” “Si le explico tendrá cada vez más inquietudes y querrá experimentar rápidamente”

La educación se transmite desde lo que se dice, se cuenta, se juzga y se muestra, pero también desde lo que se calla, se oculta, se censura y se tapa en relación a la sexualidad y al sexo. Las prohibiciones y los permisos, los juicios de valor, las miradas que aprueban o rechazan y el ejemplo que se transmite desde el vínculo de la pareja, también educan.

Por lo tanto, la educación que reciba será la que le permita al niño atravesar esta etapa como una adquisición y un logro más en su desarrollo, o bien, la que asocie el desarrollo normal de la sexualidad con la culpa y el temor, dificultando el contacto y el vínculo con el otro.

Con esto se comprende que, una actitud negativa de la familia que obstaculice el diálogo y censure la investigación de los niños, sólo brindará información errónea en relación a la sexualidad sin dejar por ello de informar al respecto… erróneamente!!

La información adecuada, acorde a la edad del niño y a sus inquietudes, será la que contribuya a su normal desarrollo y le brinde las herramientas necesarias para protegerse y defenderse del acoso, el abuso y el maltrato.

Límite de la Desnudez

Algunos especialistas afirman que el límite de la desnudez de los padres frente a los hijos, estaría marcado por la sensación de incomodidad que como adultos pudieran sentir frente a la mirada “diferente” del niño. Sin embargo, existe el riesgo de no identificar esa “diferencia” en la mirada y provocar con la desnudez adulta, un exceso de excitación que puede reflejarse en angustia, sin causa aparente, dado que el pequeño no sabe aún qué hacer con eso que siente. Será este el motivo por el cual, ciertas partes del cuerpo dejarán de mostrarse y de tocarse. En consecuencia, es posible establecer un límite para la desnudez en la edad de los dos años, momento a partir del cual, de acuerdo a los tiempos de cada niño, irán paulatinamente comenzando a reconocerse como son y a identificar cómo son vistos por los demás.

Sugerencias para los Padres

A fin de ir delimitando los espacios, los que son públicos de los que son privados, es necesario que los padres comiencen a marcar los límites entre el cuerpo y el espacio propio y el de los demás. Para ello es de fundamental importancia que empiecen a enseñar, ejemplo mediante, el respeto por la privacidad y lo íntimo, ya sea anticipando lo que harán y lo que van haciendo en el cuerpo del niño al higienizarlo o cambiarlo, o bien golpeando la puerta antes de ingresar a una habitación, “como pidiendo permiso” según afirma la Dra. Nakab.

Por otra parte, el reconocido Profesor Manuel Feria, exponente de la CONAF (Asociación de Orientación Familiar de Bilbao) otorga destacada importancia al rol de los padres y a su disposición a funcionar como “padres preguntables las 24 hs del día”, generando un clima de apertura al diálogo que promueva las oportunidades para hablar. Asimismo, remarca la necesidad de que los padres estén receptivos y lleguen antes, es decir que observen y escuchen comportamientos o comentarios de sus hijos a fin de anticiparse y brindar la información oportuna en el momento adecuado.

Existe una PREMISA FUNDAMENTAL para que sus hijos puedan cuidarse y se sientan protegidos: QUE LOS PADRES LES CREAN.

Consecuencias

Las manifestaciones del pudor en el niño son indicadores de que el pequeño es, o está comenzando a ser, capaz de establecer un límite respecto a sí mismo, que ha logrado, o se encuentra en vías de, vivenciar su cuerpo como propio y que además, comienza a registrar sus impulsos ejerciendo cierto control sobre ellos.

Ausencia de Pudor: cuando los límites no son establecidos, la diferenciación entre el cuerpo propio y el ajeno no se produce, las manifestaciones de pudor se ven ausentes y con ello se deja al niño en un estado de indefensión en relación al respeto y al cuidado de su propio cuerpo. En consecuencia el niño quedaría sin recursos para defenderse frente al abuso sexual (considerado tal cuando existe una relación de asimetría).

Exceso de Pudor: esta situación podría darse cuando los adultos responden con horror y/o castigo frente a la investigación sexual infantil, sana y esperable para el adecuado desarrollo de todo niño.

Motivos para Consultar

Tanto el exceso como la ausencia de pudor podrían ser manifestaciones de vivencias desagradables que el niño/a estuviera experimentando o temiera experimentar, por ello es FUNDAMENTAL que la familia mantenga una actitud de cuidado y respeto por el niño, contribuyendo a que pueda defender su intimidad y el pudor por su propio cuerpo de una manera adecuada. Al mismo tiempo es importante que la familia esté alerta y habilite espacios que promuevan la apertura al diálogo.

Será necesario consultar cuando se detecten en el niño/a alguno/s de los siguientes indicadores:

  • Marcas físicas como ser moretones o irritaciones en sus genitales (aunque hayan sido provocados por el mismo niño/a)
  • Juegos, comentarios o comportamientos que evidencien en el niño/a excesiva información en relación a sus genitales, sus funciones, etc.
  • Angustia, o terror a mostrar su cuerpo frente a los padres, la persona encargada de sus cuidados o el médico
  • Presencia recurrente de conductas exhibicionistas
  • Dibujos con contenido sexual reiterado asociado a conductas de excesivo pudor

Palabras Finales…

El cuidado, el cariño y el respeto por los tiempos, y las etapas de crecimiento de nuestros hijos, será lo que los proteja y les enseñe a cuidarse.

Para respetar las diferentes etapas de su crecimiento será necesario contar con los conocimientos adecuados respecto de cada una, observar, consultar y plantear todas las inquietudes que surjan al respecto, por más simples o vergonzosas que pudieran parecer.

Lic. Soledad Fuster 50221 (MN)

Si querés contactarte con la Licenciada o sus colegas Lic. Roxana Muotri MN 41336 y Lic. Valeria Lachowicz 42024 , podrás escribirle a psicologos@tulugar-psi.com

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