Noches en vela, muchos mocos y ojitos llorosos. Resfríos y malestares, sobre todo en el invierno, son algo común en los dos primeros años de un hijo. Pero ¿cuál es la explicación por la que los chicos se enferman tanto durante esta etapa?
Resfrío común o catarro
Virginia es mamá primeriza de un varón de dos años: “Durante el primer año de Felipe estuvimos corriendo de resfrío en resfrío, se la pasó congestionado inviernos enteros”, afirma. La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) confirma esta percepción: “La infección respiratoria aguda, (IRA) denominada frecuentemente resfrío común o catarro, es la principal infección en todas las edades, en especial en pediatría, y representa más del 50% de las consultas médicas en los meses de invierno.”
Causas: Sistema inmunologico todavía inmaduro
Uno de los motivos por el que los bebés se resfrían tanto es porque su sistema inmunológico es todavía inmaduro en relación con el de un adulto, lo que los vuelve más vulnerables a las enfermedades. Además, hay más de 200 virus que pueden causar un resfrío, y su sistema de defensa tiene la capacidad de ir generando anticuerpos sólo a medida que su cuerpo tiene contacto con ellos. O sea, se podría decir que un niño tiene un largo camino por recorrer a lo largo de su vida en materia inmunológica.
A esta predisposición del chico se suma su tendencia natural a explorar con los cinco sentidos ese mundo inabarcable que lo rodea: toca (y muchas veces se lleva a la boca) todo aquello que puede si su mamá no lo está mirando, por lo que le resulta muy fácil estar en permanente contacto con los virus. Todo lo que tiene que hacer es llevarse los dedos a la boca o frotarse los ojitos cuando tiene sueño.
Como indica la SAP , está estudiado que durante los meses de otoño e invierno los chicos se "pescan" aún más enfermedades, sobre todo por el aire frío y porque la calefacción seca las membranas nasales, lo que facilita que los virus entren y se instalen. Otro factor influyente es que durante los meses invernales un chico pasa muchas más horas dentro que fuera de la casa debido al frío, que es justamente donde hay más virus dando vueltas.
Estudios recientes confirmaron que los bebés que pasan gran parte del día en una guardería tienden a resfriarse y a tener mocos con más facilidad que aquellos que están en su casa. El contacto permanente con otros chicos amplía las posibilidades.
¿Cómo se trata el resfrío de un bebé?
Si es de origen viral, no hay mucho que un remedio pueda hacerse. Salvo esperar a que pase. Aunque la mamá puede ayudar para que esos días de incomodidad no lo sean tanto. Sobre todo, asegurarse de que el bebé descanse varias horas al día, tome un antipirético recomendado por el médico, se alimente adecuadamente, ingiera mucho líquido, y esté expuesto al vapor mediante baños hechos a tal fin, o a través de un vaporizador.
Como un bebé no es capaz de sonarse la nariz por su cuenta hasta que tiene alrededor de cuatro años, hay algunas cosas que su mamá puede hacer para ayudarlo a descongestionarse:
Consejos para aliviar la congestión nasal de un bebé
- Siempre con la previa aprobación del pediatra, tirar la cabeza del bebé suavemente hacia atrás y aplicar una gotita de solución fisiológica en cada fosa nasal para que se le aflojen los mocos y pueda respirar mejor.
- Aplicar algún producto para bebés en la zona irritada de la nariz (por fuera) para que no le arda.
- Encerrarse junto al bebé en el baño. Sin necesidad de meter al hijo en la bañera -se pueden sentar en un banquito, o simplemente con el bebé en el regazo, abrir la canilla o grifo y dejar correr el agua bien caliente para que genere vapor en el ambiente que ayude a aflojar la mucosidad. También se puede utilizar un vaporizador de ambientes.
- Colocar dos toallas por debajo del colchón de su cuna que mantenga elevaba su cabeza, para que los mocos corran y no le queden atorados en la nariz. Pero a no exagerar: si se lo levanta demasiado puede perder equilibrio.
- A la hora de dormir una siesta, puede usarse la sillita desmontable del auto para que el bebé mantenga una posición sentada y permita al niño respipar mejor y estar más cómodo.
- Existen algunos productos naturales como aceite esencial de mentol o eucaliptos que pueden colocarse en hornillos con agua para odorizar el ambiente. Ojo, colocarlos siempre fuera dle alcance de los niños.
¿Cuándo es prudente llamar al pediatra?
Ahora, si el resfrío y la mucosidad persisten, ¿cuándo es prudente llamar al pediatra? Si el bebé es menor de tres meses, inmediatamente. Si es mayor, conviene llamar al médico si los síntomas no mejoran o incluso empeoran luego de un par de días. El hecho de que la tos se vuelva más áspera también es signo de alerta y motivo de consulta.
Un bebé seguramente tendrá varios resfríos y mucosidad sobre todo en los primeros dos años de vida. Aunque para su mamá sea imposible evitar la posibilidad de contagio, estar informada y atenta puede ayudarlo a pasar por la enfermedad lo mejor y lo más rápidamente posible.
Nota supervisada por el Equipo Médico de Mamashelp.