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Para charlar con el obstetra

¿Qué tipo de parto me conviene?

¿Qué tipo de parto me conviene?

El momento de dar a luz genera un gran nerviosismo para la mujer embarazada. Puede ser un parto natural o inducido, cesárea o el que la mamá y su médico elijan.

¿Qué tipo de parto me conviene?

Están por cumplirse los nueve meses del embarazo y el nerviosismo se incrementa con el correr de los días. Lo ideal es descansar en el médico obstetra, y contar con toda la información previamente para que, llegado el momento, las cosas no nos tomen por sorpresa.

La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) estipula una serie de características sobre lo que hace a un embarazo y parto seguros.

  • Los riesgos del parto se pueden reducir drásticamente acudiendo al agente de salud más próximo para efectuar controles periódicos durante el embarazo: los controles prenatales.
  • Todos los partos deben ser asistidos por una persona capacitada y en una institución segura.
  • Para reducir los riesgos del embarazo y el parto es importante que todas las familias conozcan los síntomas y signos de alarma.
  • Los riesgos asociados al embarazo pueden reducirse drásticamente si se espacian los embarazos por lo menos dos años y se suscitan entre los 18 y los 35 años de la madre.
  • Las mujeres que han gozado de salud y buena alimentación durante la infancia y adolescencia reducen la posibilidad de riesgo durante el embarazo y parto.

Parto Natural

El parto natural es aquel en el cual a las madres se les permite hacer todo aquello que deseen durante el trabajo de parto, por ejemplo, adoptar la posición que les resulte más cómoda y no ser presionadas a recibir calmantes.

Es entonces en un ambiente cálido, familiar, con poca luz, sin ruidos molestos y en compañía de quien ofrece apoyo incondicional, escuchando y obedeciendo los designios de la naturaleza, compenetrándose con sensaciones y fuerzas internas irreprimibles, en un verdadero "nido" donde la mujer puede parir en condiciones realmente naturales. Este enfoque que postulan ciertos médicos y que eligen algunas parturientas no es que esté reñido con el uso de la tecnología moderna, aunque sí trata de limitarla lo más posible, utilizándola a favor del ser humano.

Parto Acuático

Otro tipo de parto “natural” es el acuático o técnica del parto en el agua. Quienes abogan por este método afirman que el agua caliente durante el parto reduce la producción de adrenalina, hormona que endurece el cuello del útero y retrasa la dilatación, por lo que el agua, entonces, acorta el período de dilatación. Además contrarresta la fuerza de la gravedad y reduce la estimulación sensorial, aumentando la producción de endorfinas, hormonas cerebrales que disminuyen la sensación de dolor y hacen olvidar el paso del tiempo y relajan los músculos.

Cuando la mujer se acomoda en la bañera, se aísla sensorialmente del mundo y consigue una desinhibición en sus movimientos y respiración. En algunas ocasiones la mujer decide salir del agua para la venida del bebé. Igualmente, el cambio de temperatura favorece que la expulsión sea más vigorosa y eficaz. En otras ocasiones, la mamá está relajada dentro del agua y realiza la expulsión dentro de la bañera. En este caso el bebé, que está habituado a la inmersión en el líquido amniótico, entra directamente en contacto con un medio que le resulta familiar. Luego se deposita al bebé sobre el vientre de la madre para que ésta pueda darle un suave masaje mientras permanecen los dos dentro del agua. El cordón umbilical sigue latiendo durante unos minutos, suministrando oxígeno al bebé hasta que comience a respirar por sí mismo.

Parto quirúrgico o Cesárea

Otro tipo de parto conocido es la cesárea que se define como “el nacimiento de un bebé a través de una incisión abdominal”, por eso se lo denomina también parto abdominal. La cesárea se lleva a cabo cuando el parto vaginal no es posible o no es seguro para la madre o el niño. Se practica bajo anestesia epidural o general. Esta última no representa un peligro para la madre, ni para el bebé, porque la intervención es breve y la dosis es baja. La ventaja de la anestesia epidural es que permite a la madre ser consciente del momento en que nace su hijo.

La intervención quirúrgica consiste en una incisión en el abdomen, desde el ombligo al pubis, o bien a lo largo de la línea púbica, técnica que se suele utilizar por razones estéticas. ¿Cuándo es necesaria la cesárea? La decisión depende de los especialistas que van a atender el parto, los antecedentes médicos de la mujer y algunas otras razones: 

  • Si la madre tiene una pelvis estrecha, desproporcionada con respecto al tamaño del bebé o si el bebé es demasiado grande. En estos dos casos, un parto por vía vaginal podría suponer lesiones a la mujer o sufrimiento en el bebé. 
  • Si es el primer parto y la presentación del bebé no es cefálica, es decir, de cabeza. 
  • Cuando el embarazo es gemelar y ambos bebés se obstaculizan mutuamente. 
  • Si existe alguna anomalía en la posición de la placenta que pudiera conducir a su desprendimiento o a hemorragias. 
  • Cuando haya un obstáculo para el paso del bebé, por ejemplo un fibroma. 
  • Si en el curso del parto se produjera alguna anomalía que obligara a la extracción urgente del niño.

Un dato importante. Haber tenido una cesárea en el primer parto no significa que en los sucesivos partos vaya a ser así, aunque cabe esta posibilidad. Marina cuenta su experiencia como parturienta: “Cuando tuve a mi hija Teresa, que ahora tiene cuatro años, fue por cesárea. Con Martín, el segundo, de 4 meses, a pesar de que estaba convencida de que iba a ser cesárea, el médico no se apuró y finalmente fue por parto natural y, por supuesto, estuve consciente todo el tiempo y lo disfruté mucho más”.

Parto vertical

En una determinada fase del parto, el instinto de la mujer le indica que necesita realiza movimiento rotatorios. Es importante que ella tenga libertad de movimiento ya que su cerebro primitivo la guiará para adoptar la posición fisiológica que su cuerpo pide. Los movimientos de la madre facilitan que el feto rote y se posicione y así avanzar en el canal del parto. Al bebé le resulta más fácil rotar en posición vertical, sobre una fracción de su cabeza, que en posición horizontal, porque está en contra de la fuerza de gravedad.

El parto en el que la mujer es libre para moverse y caminar durante las fases de dilatación y expulsión resulta más corto y causa menos alteraciones del ritmo cardíaco fetal y menos moldeamientos del cráneo del feto. El tiempo de dilatación de 4 a 10 centímetros en el caso del parto horizontal es un 50% más largo. En la postura vertical, y sobre todo en cuclillas, los músculos que rodean la vagina se abren y de esta manera acorta el canal vaginal. La posición horizontal disminuye la circulación de la sangre en el resto del cuerpo. Un simple cambio de postura, por ejemplo, ponerse de costado, es suficiente para mejorar la circulación. En la posición vertical, este problema no sucede, sino todo lo contrario. Al poder moverse libremente, la mujer tiende a adoptar la posición que menos entorpece la circulación. (Fuente: Partos Alternativos, Ediciones Lea)

 Parto Inducido

Ciertas circunstancias, como cuando el nacimiento del bebé se demora, hacen que el médico tenga que tomar la decisión de motivar el parto a través de la hormona que el cuerpo produce naturalmente durante el embarazo, y que es la responsable de generar las contracciones uterinas.

Los partos provocados no afectan a la mayor parte de los bebés. El dolor que se siente con un parto provocado dependerá de la facilidad con que comiencen las contracciones o si la mamá ya ha tenido otro bebé, puede que solamente sienta una pequeña molestia. Sin embargo puede ser doloroso si el útero no está preparado para el parto. Aunque hay una consigna que los médicos tienen como prioritaria: la comodidad debe ocupar un lugar secundario con respecto a la seguridad de la madre y del bebé.

¿En qué situaciones se recomienda la inducción del parto? 

  • Cuando el embarazo se prolonga más allá de las 42 semanas, ya que puede producirse un envejecimiento de la placenta que impida a ésta continuar alimentando adecuadamente al bebé.
  • Cuando existen señales de insuficiencia placentaria y de que el bebé puede estar recibiendo poco oxígeno o una escasez de nutrientes. El bebé manifiesta una desnutrición intrauterina con retraso en su crecimiento.
  • Cuando la madre sufre hipertensión, preeclampsia, insuficiencia cardíaca, diabetes o si ha sufrido hemorragias antes del parto. 
  • Cuando se haya producido una rotura prematura de las membranas y exista riesgo de infección.
  • Cuando el bebé tiene una enfermedad grave o cualquier otra patología que requiera una actuación terapéutica sobre el niño. 

Éstas son algunas de las caracterizaciones y tipos de partos a través de los cuales una mamá elige traer a su hijo al mundo. En cualquier caso, y más allá de las elecciones personales que una pueda hacer, lo más conveniente es hablar mucho dentro del matrimonio y con el médico obstetra para sacarse todas las dudas. Evitar sorpresas para estar serenas en el momento del parto permitirá disfrutar con todo el momento único de traer un hijo al mundo.

 

Nota supervisada por el Equipo Médico de Mamashelp.

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