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Antibióticos: ¿Cuándo sí, cuándo no?

Antibióticos: ¿Cuándo sí, cuándo no?

La medicina moderna ofrece la posibilidad de tratar en pocos días enfermedades que hasta hace no tanto tiempo eran incurables. Sin embargo, el uso excesivo de antibióticos tiene sus desventajas.

Antibióticos: ¿Cuándo sí, cuándo no?

En el tema de la prescripción de antibióticos, la búsqueda del equilibrio es lo que garantiza la salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) los define como potentes agentes medicinales que sirven para tratar las infecciones causadas por bacterias (organismos simples que pueden causar diferentes enfermedades, desde una neumonía hasta una infección de orina). 

Justamente el tipo de bacteria define cuál es el antibiótico a utilizar. Sin embargo, muchas veces ya sea por situaciones en las que el remedio no debería indicarse o por una prescripción inadecuada, el antibiótico pierde su efecto. Esto se denomina científicamente “resistencia bacteriana” y la SAP (Sociedad Argentina de Pediatría) explica así el proceso: “Algunas bacterias desarrollan resistencia a los antibióticos. Es decir, que un remedio que era efectivo para una determinada infección, puede ser ineficaz en el futuro”.

A modo de estadística, y de acuerdo con la SAP, se estima que casi la mitad de las prescripciones de antibióticos para niños por infecciones del aparato respiratorio son innecesarias.

Ante la situación, la OMS lanzó una advertencia clara: si los antibióticos se siguen utilizando de forma incorrecta, algunas bacterias que hoy en día no suponen ninguna amenaza para la salud podrían ser incurables dentro de diez años. El tema es de vital importancia para padres de niños pequeños porque son ellos, justamente, el grupo de la población que recibe más antibióticos y el que presenta infecciones a gérmenes más resistentes.

Como padres es importante evitar siempre la automedicación y consultar en todo momento al profesional. Y si bien será el pediatra quien diagnostique y, eventualmente, indique una medicación, es bueno estar informado acerca de su correcto uso.

Como norma general, siempre hay que recordar que:

  • Los antibióticos deben ser indicados para tratar infecciones bacterianas;
  • Su uso inadecuado puede producir resistencia bacteriana;

No curan las infecciones causadas por virus, como son por ejemplo:

  • Un resfrío común: congestión nasal, dolor de garganta, estornudos, tos y dolor de cabeza.
  • Una gripe: fiebre y escalofríos, dolores musculares, dolor de cabeza, tos seca, dolor de garganta.
  • Una faringitis (angina):excepto la causada por el estreptococo beta hemolítico, que debe ser tratada con penicilina.
  • Una gastroenteritis viral: la mayoría de los casos de vómitos y diarrea son causados por virus.

Si bien será el médico de la familia quien tendrá la última palabra, actuar responsablemente como padres también implica estar atentos a la indicación de los profesionales y evitar siempre la auto prescripción.

Nota supervisada por el Equipo Médico de Mamashelp.

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