Bebé
3 a 6 meses

Cuatro meses

Empezar a tocar

Gracias al desarrollo de la coordinación intersensorial, el bebé a los cuatro meses ya puede agarrar objetos y sostenerlos con las manos. Se le abre así un nuevo universo de exploración que él mismo puede provocar.

“Un día estaba hablando por teléfono con mi bebé en brazos y me llevé una sorpresa. Nacho había descubierto el cordón espiralado del aparato y no paraba de agitarlo. Ese fue el primer objeto que agarró con las manos. Le resultó divertidísimo”, recuerda Isabel, mamá de Ignacio (4 meses).

El relato de esta mamá sorprendida es representativo de una de las características más salientes del desarrollo de un bebé a los cuatro meses. De pronto advierte que es capaz de sostener cosas con las manos y se le abre así un nuevo y riquísimo universo para explorar, que hasta entonces sólo era susceptible de ser mirado.

Esta nueva destreza motriz es la señal que reciben los padres para empezar a “acercarle” el mundo a su hijo. Como todavía no es capaz de trasladarse por su cuenta para acceder a esos objetos, el bebé depende de los mayores para que se lo coloquen en sus manos.

Es el momento oportuno para que entre en contacto con diferentes texturas, desde la suavidad del algodón o el terciopelo, hasta la rugosidad de una naranja o un melón. Aprovechando esta nueva destreza, otros juegos para poner en práctica en esta etapa del bebé son:

  • Ofrecerle telas livianas como la gasa o el algodón para que las agite y aprenda cuál es el movimiento que él mismo puede provocar.
  • Facilitarle sonajeros, campanas y otros objetos que tengan sonido. Combinando el ruido y el movimiento, el bebé aprende sobre la relación acción-reacción.
  • Cargarlo en brazos y recorrer la casa para que estire sus brazos y toque cortinas, mesas, puertas, adornos y otros objetos que les llame la atención.

Otro juego que resulta estimulante para el bebé en este momento es el de “las escondidas”. Enseñarle acerca de la permanencia de los objetos despierta su curiosidad. Para eso, los padres pueden esconder una pelota u otro juguete detrás de una puerta o dentro de una caja, para después dejarlo al descubierto y mostrarles que el objeto sigue estando en su lugar. Escondida detrás de una manta, el clásico “¿Dónde está mamá? ¡Acá está!” es otro truco con sonrisas aseguradas.

De la misma manera, el espejo aparece como un elemento de distracción fundamental que resulta fascinante. Aunque todavía no logre entender del todo por qué la imagen que tienen en frente se mueve al mismo tiempo que él, es probable que el reflejo le provoque risas y sorpresa.

Por otra parte, es importante que los padres ayuden a su hijo a fortalecer los músculos de los brazos y el torso a través de pequeños ejercicios de fuerza de brazo. Aprovechando que el bebé de cuatro meses ya sostiene bien la cabeza, es bueno colocarlo boca abajo sobre una superficie plana. Es probable que la curiosidad lo lleve a levantar el pecho, apoyándose sobre sus antebrazos.

Este ejercicio de motricidad se puede combinar con otro para estimular el movimiento de sentarse. Con el bebé de espaldas y la mamá o el papá sujetándole las piernas, se le puede levantar suavemente la cabeza para que haga fuerza buscando sentarse. El entrenamiento rendirá sus frutos meses después, cuando ya esté preparado para hacerlo por sí solo.

Más allá de los recursos prácticos disponibles para estimular el desarrollo motriz e intersensorial del bebé, en esta etapa sigue siendo clave que los padres fomenten la comunicación y el intercambio de afecto con su hijo. Caricias, besos, abrazos y palabras cariñosas son fundamentales para que madure y se desarrolle de manera saludable.

Fuente: Guía para padres de Baby EinsteinTM.

Editorial Silver Dolphin, en español.

cargando

cargando comentarios