Embarazo

Embarazo:

Cambios que se producen en la boca de la mamá gestante

Cambios que se producen en la boca de la mamá gestante

Seguramente has pensado muchas veces en los innumerables cambios que suceden en tu cuerpo durante el embarazo… Pero, ¿pensaste alguna vez en los cambios que ocurren en tu boca?

Cambios que se producen en la boca de la mamá gestante

No son novedad la infinidad de cambios que ocurren en el cuerpo de las mujeres cuando están gestando. Aunque ocurren muchos cambios hormonales, probablemente el más significativo es el incremento en la producción de estrógenos y progesterona.  La producción de estas hormonas aumenta gradualmente hasta el octavo mes de embarazo.  El aumento de estas hormonas es esencial ya que, entre otras cosas, preparan las glándulas mamarias para la secreción de leche y aumentan el metabolismo ya que se necesita mucha energía para el desarrollo del bebé. Por otro lado, tanto la progesterona como el estrógeno modulan el sistema inmune durante el embarazo. Esto último, podría tener un efecto importante en la boca.

Son muchos los libros que nos hablan de los cambios que se producen en el cuerpo durante el embarazo pero poco sabemos de los cambios que ocurren en la cavidad oral. En  nuestro medio, lo que hayan dicho nuestras bisabuelas y digan nuestras abuelas y nuestras mamás es ley. El comentario más común de las mamás que ya han tenido varios hijos es que perdieron un diente con cada hijo. Otro comentario común es que sus hijos les chuparon todo el calcio de sus dientes. Por supuesto, es también de conocimiento público que una gestante no puede recibir ningún tratamiento durante el embarazo porque esto afectaría al bebé.  En fin, son muchísimos los comentarios que hacen las mujeres con respecto a los cambios que ocurren en sus bocas. Estas son creencias tan arraigadas en nuestra sociedad que con el tiempo se han convertido en verdades prácticamente irrefutables. Por otro lado, es muy raro que el médico nos sugiera una visita al odontólogo como parte de las medidas que debería seguir una mujer embarazada.

Así que revisemos algunos puntos importantes. En el primer trimestre del embarazo se forman los órganos del bebé; es el período más delicado del desarrollo del feto y es la razón por la cual todo tratamiento, a menos que sea de urgencia, debería ser manejado durante el segundo trimestre. No obstante, una profilaxis no afectará en absoluto al bebé en formación.

Por otro lado, tampoco se recomiendan tratamientos odontológicos rutinarios durante el tercer trimestre porque el sillón dental puede resultar sumamente incómodo para la futura mamá.

Hay que saber que la mayoría de las anestesias dentales de uso local como la novocaína o la lidocaína son seguras para la mujer embarazada en las dosis normalmente usadas en los consultorios. Se recomienda no usar Citanest ya que es vasoconstrictor: la octopresina, puede inducir el trabajo de parto. Esto es algo que los odontólogos saben bien. Antibióticos como la amoxicilina, penicilina y clindamicina pueden ser usados también. Se debe evitar el uso de tetraciclinas que pueden originar decoloración de las piezas dentales deciduas y permanentes del bebé. El Metronidazol tiene un potencial efecto teratógeno y no se debe usar en mujeres embarazadas.

Los analgésicos como el Paracetamol y los productos que contienen acetaminofen, como el Tylenol, pueden ser usados. No deben usarse antiinflamatorios no esteroideos  como la aspirina o el ibuprofeno que pueden inducir alergias en el feto y tampoco medicamentos opioides para el control del dolor. Salvo en casos de urgencia, se recomienda no hacerse rayos X durante el embarazo. Están relacionados con bebés de bajo peso al nacer.

Ahora hablemos de los cambios que podemos observar en la boca de las mujeres gestantes. Muchos estudios muestran que las mujeres embarazadas presentan gingivitis (inflamación de las encías) de forma frecuente. La razón es el aumento en la vascularidad de todas las mucosas y la extravasación de glóbulos rojos que hacen que la encía esté más roja y sangre con facilidad. Se ha demostrado además,  que existe relación entre la severidad de esta gingivitis y el aumento en la movilidad de los dientes. Esto se debe al edema (aumento en la retención de líquidos) en la zona. Sin embargo, y esto debemos recordarlo, se ha demostrado que el embarazo no causa gingivitis por sí mismo. Es decir, una boca libre de placa bacteriana con una encía saludable al término del embarazo no muestra cambios inflamatorios en la encía si se mantuvo una adecuada higiene oral. Lo que es más, estos cambios inflamatorios usualmente se restringen al área de la encía sin causar enfermedad periodontal  (inflamación que lleva  a la destrucción de los tejidos de soporte del diente si el balance entre el huésped y los microorganismos se pierde).

Otra cosa que se puede presentar en la boca de una mujer embarazada es el Granuloma Piógeno del embarazo que es una forma particular de inflamación gingival que ocurre en cerca del 5% de mujeres durante el embarazo. Es una lesión que se observa en la papila interdental de los dientes superiores. Se asemeja a un pequeño bulto que puede sangrar con facilidad por la excesiva vascularidad de la lesión.  Suele presentarse durante el primer o segundo trimestre del primer embarazo. No es doloroso. Al parecer, la placa bacteriana juega un rol importante en la aparición de este granuloma. El granuloma suele desaparecer espontáneamente después de dar a luz. Sólo en algunos casos se necesitará retirar la lesión quirúrgicamente. Si durante el embarazo la lesión causa problemas como interferir con la masticación o el sangrado profuso, entonces se retirará durante el embarazo.

Hace tiempo se pensaba que durante el embarazo, el cuerpo sacaba el calcio de nuestros dientes como lo hace de los huesos. Se ha demostrado que esto no ocurre. Sin embargo, lo que si ocurre es que las concentraciones de calcio y fosfato en la saliva disminuyen durante el embarazo. Al mismo tiempo aumentan las posibilidades de desmineralización del esmalte dentario (parte blanca del diente) y disminuye nuestra posibilidad de remineralización del esmalte (asociado a la disminución del calcio y fosfato en la saliva que son fundamentales para que el esmalte se “endurezca” nuevamente). A esto, le podemos agregar el hecho de que las bacterias que causan la caries aumentan su concentración en la saliva durante el embarazo.

Todos estos factores juntos, podrían revelar una probabilidad mayor de caries en las mujeres embarazadas. No debemos olvidar que la caries dental es una enfermedad multifactorial y su aparición, por lo tanto,  no depende de un único responsable. Aparentemente, el embarazo afectaría al medio ambiente del diente, más que al diente en sí mismo. Nuevamente, la higiene oral adecuada y los controles de higiene antes y durante el embarazo podrían hacer que una mujer embarazada no experimente caries en absoluto.

Para terminar, no olvidemos que los primeros microorganismos que colonizaran las bocas de nuestros bebés son nada más y nada menos que los que nosotras las mamás les transmitamos durante sus primeras semanas de vida. Es importantísimo, por lo tanto, ya no sólo por nuestra propia salud y bienestar sino por la de nuestro bebé, que nuestra boca esté libre de caries dental, libre de placa bacteriana y se encuentre más bien en condiciones de higiene óptimas.

Asesoró la Dra. Vanessa Ghersi Cordano

Odontóloga

cargando

cargando comentarios